No sólo
los “adictos al trabajo” son incapaces de desconectar del trabajo en
vacaciones, según los últimos estudios, más de un tercio de los trabajadores y
también de los estudiantes reconocen que piensan en el trabajo o los estudios
durante sus vacaciones. Y lo más peligroso es que esa estadística no para de
crecer en los últimos años. Por otro lado, si hasta hace poco la media de días
que se necesitaban para “empezar a desconectar” no llegaba a la semana, cada
vez son más las personas que necesitan entre una semana y quince días para
empezar a hacerlo.
Por esta razón y dadas las
fechas en las que nos encontramos, te presento a continuación una serie de
consejos para conseguir desconectar estas próximas vacaciones:
1.-
Mentalízate.
Recuerda que nadie es imprescindible en el trabajo y que lo que tú haces
lo pueden hacer igual de bien otros compañeros.
2.-
Es importante que tu último día de trabajo sea tranquilo y que no te dejes
trabajo pendiente antes de salir de vacaciones. Pero sé consciente de que
si no llegas ese día a todo, bastará con que dejes resuelto simplemente los
asuntos más importantes.
3.- También es fundamental que
los cambios sean graduales. Cualquier cambio brusco, sea del tipo que sea,
aumenta el estrés y la ansiedad. Tómate por ejemplo unos días para guardar
el ordenador. Tampoco pasa nada por revisar el correo electrónico. Pero en
el ordenador una vez al día y no cada cinco minutos en el móvil.
4.-
Utiliza el móvil, claro que sí, pero dosifica su uso. Aunque lo ideal sería
olvidarse del teléfono por completo, lo cierto es que para muchas personas la
incertidumbre por no recibir noticias, lo que se conoce como “Síndrome del
Ejecutivo”, les genera incluso mayor ansiedad. Puedes empezar por apagarlo a
las horas de las comidas. Y prueba después a dejártelo en casa o en el apartamento
cuando bajes a la playa ó a la piscina, cuando salgas a pasear. La prueba de
fuego, finalmente, será si consigues apagarlo dos horas antes de irte a dormir
y no encenderlo hasta una hora después de haberte levantado y desayunado.
5.-
Cuelga el cartel de ‘Cerrado por vacaciones’ en el correo electrónico y las
redes sociales.
Pero es importante, ¡avísalo realmente!. Que no sientas que estás defraudando a
alguien por irte sin avisar. La desintoxicación social es seguramente una de
las cosas más difíciles de conseguir. Twitea menos y postea también menos en
facebook. ¡Deja algo para la vuelta! Programa un correo automático de “Fuera de
la Oficina” con la persona de contacto a la que puede dirigirse el remitente si
tú no estás. Y escribe alguna postal. Seguro que entre tanto mail ya no
recuerdas cómo hacerlo.
6.-
Organiza actividades para tu día a día pero que tu agenda no sea agotadora. El planificar las
actividades te puede servir para tener la cabeza ocupada pero no se trata de
imponerte obligaciones o cambiar los compromisos habituales por otros distintos
que te supongan el mismo esfuerzo.
7.-
Incluye la práctica al aire libre de actividades físicas en tu agenda siempre
que sea posible.
Si todos los expertos coinciden en señalar que 40 minutos al día de ejercicio
físico son beneficios para la salud… ¡por algo será!.
8.-
Aficiónate a juegos mentales o de ingenio; reserva algún hueco para juegos de mesa con amigos.
9.-
Pásate en general a lo analógico. Aunque sólo sea para evitar tentaciones aprovecha las vacaciones
para leer el periódico o los libros de papel.
10.-
Cuida la alimentación
pero date algunos placeres gastronómicos, reducirás la ansiedad.
11.-
Practica la respiración profunda. Algo tan simple como
dedicar cinco minutos diarios a esta práctica puede cambiar por completo tu
estado de ánimo.
12.-
Descansa lo suficiente por la noche. Sin duda alguna dormir el tiempo adecuado incide
directamente en nuestro humor y actitud. Aprovecha las vacaciones para dormir
al menos ocho horas y al menos un día a la semana no pongas el despertador. Los
expertos también recomiendan 30 minutos de siesta diarios.
Recuerda,
el estrés y la ansiedad son en la actualidad dos de los mayores problemas
de salud que pueden afectar directamente a nuestra productividad ya sea en el
trabajo o en el estudio. Las preocupaciones habituales del trabajo,
la tensión de los estudios, los problemas en la casa ó con la familia, o simplemente la
incertidumbre relacionada con la economía doméstica llegan a desbordar y
saturar a muchas personas. Hasta tal punto que cada vez son más las personas
que debido a esa tensión acumulada son incapaces de desconectar y descansar
durante las vacaciones. Y claro, si una persona no recarga pilas periódicamente
difícilmente podrán rendir después al 100% de sus posibilidades.