miércoles, 31 de julio de 2013

CONSEJOS PARA DESCONECTAR EN VACACIONES




 



No sólo los “adictos al trabajo” son incapaces de desconectar del trabajo en vacaciones, según los últimos estudios, más de un tercio de los trabajadores y también de los estudiantes reconocen que piensan en el trabajo o los estudios durante sus vacaciones. Y lo más peligroso es que esa estadística no para de crecer en los últimos años. Por otro lado, si hasta hace poco la media de días que se necesitaban para “empezar a desconectar” no llegaba a la semana, cada vez son más las personas que necesitan entre una semana y quince días para empezar a hacerlo.
Por esta razón y dadas las fechas en las que nos encontramos, te presento a continuación una serie de consejos para conseguir desconectar estas próximas vacaciones:
1.- Mentalízate. Recuerda que nadie es imprescindible en el trabajo y que lo que tú haces lo pueden hacer igual de bien otros compañeros.
2.- Es importante que tu último día de trabajo sea tranquilo y que no te dejes trabajo pendiente antes de salir de vacaciones. Pero sé consciente de que si no llegas ese día a todo, bastará con que dejes resuelto simplemente los asuntos más importantes.
3.- También es fundamental que los cambios sean graduales. Cualquier cambio brusco, sea del tipo que sea, aumenta el estrés y la ansiedad. Tómate por ejemplo unos días para guardar el ordenador. Tampoco pasa nada por revisar el correo electrónico. Pero en el ordenador una vez al día y no cada cinco minutos en el móvil.
4.- Utiliza el móvil, claro que sí, pero dosifica su uso. Aunque lo ideal sería olvidarse del teléfono por completo, lo cierto es que para muchas personas la incertidumbre por no recibir noticias, lo que se conoce como “Síndrome del Ejecutivo”, les genera incluso mayor ansiedad. Puedes empezar por apagarlo a las horas de las comidas. Y prueba después a dejártelo en casa o en el apartamento cuando bajes a la playa ó a la piscina, cuando salgas a pasear. La prueba de fuego, finalmente, será si consigues apagarlo dos horas antes de irte a dormir y no encenderlo hasta una hora después de haberte levantado y desayunado.
5.- Cuelga el cartel de ‘Cerrado por vacaciones’ en el correo electrónico y las redes sociales. Pero es importante, ¡avísalo realmente!. Que no sientas que estás defraudando a alguien por irte sin avisar. La desintoxicación social es seguramente una de las cosas más difíciles de conseguir. Twitea menos y postea también menos en facebook. ¡Deja algo para la vuelta! Programa un correo automático de “Fuera de la Oficina” con la persona de contacto a la que puede dirigirse el remitente si tú no estás. Y escribe alguna postal. Seguro que entre tanto mail ya no recuerdas cómo hacerlo.
6.- Organiza actividades para tu día a día pero que tu agenda no sea agotadora. El planificar las actividades te puede servir para tener la cabeza ocupada pero no se trata de imponerte obligaciones o cambiar los compromisos habituales por otros distintos que te supongan el mismo esfuerzo.
7.- Incluye la práctica al aire libre de actividades físicas en tu agenda siempre que sea posible. Si todos los expertos coinciden en señalar que 40 minutos al día de ejercicio físico son beneficios para la salud… ¡por algo será!.
8.- Aficiónate a juegos mentales o de ingenio; reserva algún hueco para juegos de mesa con amigos.
9.- Pásate en general a lo analógico. Aunque sólo sea para evitar tentaciones aprovecha las vacaciones para leer el periódico o los libros de papel.
10.- Cuida la alimentación pero date algunos placeres gastronómicos, reducirás la ansiedad.
11.- Practica la respiración profunda.  Algo tan simple como dedicar cinco minutos diarios a esta práctica puede cambiar por completo tu estado de ánimo.
12.- Descansa lo suficiente por la noche. Sin duda alguna dormir el tiempo adecuado incide directamente en nuestro humor y actitud. Aprovecha las vacaciones para dormir al menos ocho horas y al menos un día a la semana no pongas el despertador. Los expertos también recomiendan 30 minutos de siesta diarios.
Recuerda, el estrés y la ansiedad son en la actualidad dos de los mayores problemas de salud que pueden afectar directamente a nuestra productividad ya sea en el trabajo o en el estudio. Las preocupaciones habituales del trabajo, la tensión de los estudios, los problemas en la casa ó con la familia, o simplemente la incertidumbre relacionada con la economía doméstica llegan a desbordar y saturar a muchas personas. Hasta tal punto que cada vez son más las personas que debido a esa tensión acumulada son incapaces de desconectar y descansar durante las vacaciones. Y claro, si una persona no recarga pilas periódicamente difícilmente podrán rendir después al 100% de sus posibilidades.

viernes, 19 de julio de 2013

¿Timidez o Ansiedad Social?





Muchas personas pueden parecer tímidas, introvertidas o relativamente antisociales, en una primera impresión. Normalmente evitan la mirada a los ojos y hablan poco o en un tono muy bajo, evitando de esta manera ser el centro de la atención. Este cuadro de Ansiedad Social no es una seria debilidad o una característica de la personalidad. Es un Trastorno de Ansiedad y como tal, afecta la conducta, pensamientos y sentimientos. Es un trastorno muy frecuente. Las estadísticas indican que 13 de cada 100 personas sufren de este trastorno, en una proporción mayor de hombres que de mujeres.

Cuando hablamos de Trastorno de Ansiedad Social, nos estamos refiriendo a un cuadro que se caracteriza por un temor excesivo e irracional ante la posibilidad de sentirse evaluado negativamente por los otros en situaciones sociales.

La ansiedad se presenta ante ciertas situaciones bien definida. Algunos sienten un miedo intenso, solamente ante una determinada situación; como por ejemplo hablar en público. En otros, la ansiedad hace su aparición ante diversas situaciones en las que temen que su actuación o desempeño pueda llegar a ser inadecuado o ridículo, como por ejemplo: ir a una fiesta, comer o beber en lugares públicos, rendir un examen oral y relacionarse con personas del sexo opuesto.

En general las personas que padecen este trastorno suelen ponerse anormalmente ansiosos cuando hablan con jefes o personas que para ellos pueden representar la autoridad, llegando hasta el punto de rechazar ascensos u otros reconocimientos, si esto implicara una mayor exposición a la situación que les provoca ansiedad; como por ejemplo tener bajo su responsabilidad un grupo de personas a quienes supervisar.

Estas personas tienden a subestimar sus propias capacidades y cualidades y magnificar la habilidad social o personal de los otros. Habitualmente presentan dificultades para iniciar o mantener amistades, por lo que carecen o tienen un circulo restringido de amigos y conocidos, al margen de sus parientes próximos.

Con frecuencia, debido a la excesiva ansiedad previa (ansiedad anticipatoria), deciden a ultimo momento no concurrir a reuniones o compromisos sociales para evitar la incomodidad que les pudiera provocar, siendo expertos en encontrar excusas (las cuales la familia suele hacerse cargo de transmitir), ocasionando enojo e incomprensión.

En situaciones formales estas personas suelen ponerse ansiosos e hipercríticos pensando por ejemplo ¿ Que estará pensando esa persona de mi? o ¿ Qué se supone que debo decir después ?. Los niveles de ansiedad experimentados en dichas situaciones, pueden provocar el olvido de una serie de pensamientos (mente en blanco), ensalada de palabras, responder con monosílabos, comenzar a reír o quedarse mudos en momentos inapropiados. Esto se debe a que estas personas tienen una predisposición para cambiar la dirección de la atención hacia los otros y la situación, en lugar de dirigirla hacia sus propios sentimientos. Las personas que sufren de Ansiedad Social tratan de evitar el riesgo de exponerse cada vez que les sea posible.

Como temores principales podemos citar: hablar en publico o ante una audiencia, hablar con personas de autoridad, ser el centro de atención, decir cosas sin sentido, ir a una fiesta u organizarla, tener que seducir a alguien, participar en grupos; comer, escribir, hablar por teléfono mientras se es observado.

Ante la extrema ansiedad que disparan estas situaciones se desencadenan una serie de síntomas físicos tales como: rubor o ponerse colorado, transpiración excesiva, temblor, taquicardia, contracciones musculares, nauseas o molestias gastrointestinales, opresión estomacal, debilidad en las piernas, deseos frecuentes de orinar.


La persona que reconoce la irracionalidad de lo que le pasa, tiene dos alternativas:

1- La evitación.
2- La afrontación de la situación con gran dificultad.

El núcleo familiar se encuentra inevitablemente involucrado. Con frecuencia se ve en la obligación de dar la cara, para excusar las ausencias de ultimo momento del familiar afectado o acompañarlo, actuando como elemento contrafóbico. Al desconocer el problema, con frecuencia la familia actúa con hostilidad, presionando al familiar enfermo a enfrentar la situación temida, tildándolo de flojo o miedoso, lo cual empeora la situación.

Este trastorno trae aparejado como principales complicaciones asociadas el abuso de alcohol, drogas, psicofármacos y depresión. Desempleo laboral, menor educación, déficit social, mayor dependencia económica, dificultades para formar pareja y eventualmente mantenerse en el matrimonio.
Se desprende de esto, el modo en que este trastorno empobrece la calidad de vida de las personas afectadas; y sin tratamiento puede llegar a convertirse en una enfermedad invalidante.