miércoles, 8 de enero de 2014

DEPRESIÓN, ¿una epidemia del siglo XXI?

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Lo primero que sería conveniente al abordar el tema de la depresión es el aclarar la  falsa creencia de que es una enfermedad extraña,  lo contrario, se da con mucha frecuencia y casi todos nos "deprimimos" alguna  vez; puede ser la respuesta normal ante cierto tipo de situaciones, como el desarraigo cuando se emigra a otra zona geográfica u otro país, ante una situación de tensión o estrés prolongado, acompañando una enfermedad limitante o luego del alejamiento de una persona querida,  puede presentarse ante la frustración del tratar de aferrarse a una forma de relacionarse propia de una etapa del desarrollo que ya pasó y ver que no resulta, etc.  Existen muchos motivos que pueden conducir al inicio de una depresión, lo extraño sería que uno no se deprimiera nunca. Puede ser leve, moderada o mayor, dependiendo de la intensidad de los síntomas, causas y duración. Se puede mostrar “colorida” con todos sus síntomas o encubierta. Las depresiones leves y  moderadas pueden ser superadas por propio esfuerzo y  con el apoyo de la familia; la depresión severa o mayor, además de lo anterior requiere el apoyo de profesionales especializados en el tratamiento de la depresión. 

 La depresión es una enfermedad común y tratable, afecta al 5% de la población y a menudo vuelve a reaparecer después de que se ha acabado con el tratamiento. Se estima que actualmente hasta el 3% de la población estadounidense padece un trastorno depresivo mayor y que es uno de los diagnósticos más frecuentes en la práctica general. A pesar de que puede tratarse con medicamentos, los antidepresivos tardan  de dos a tres semanas en mostrar su efecto completo y los organismos pueden responder de manera diferente en cada caso. 

Ya que un síndrome depresivo puede ser desencadenado por numerosos factores físicos y psicológicos, y  ya que algunos síntomas se prestan a confusión, el diagnóstico requiere evaluaciones completas del estado físico y mental de los pacientes, las cuales pueden tomar tiempo. Cada vez más, se reconoce que la depresión requiere un tratamiento prolongado.  Después de la suspensión del tratamiento a corto plazo de los síntomas vuelven a aparecer aproximadamente en el 50% de los casos, lo cual traduce un tratamiento inadecuado del episodio depresivo más que la aparición de un nuevo episodio. El tratamiento de mantenimiento de la depresión representa hoy en día una práctica clínica bien aceptada. El tratamiento eficaz de la depresión mayor no sólo mejora la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también puede mejorar problemas médicos asociados. 

 Desde que Kraepelin utilizó el término "estados depresivos" han habido distintas definiciones y clasificaciones, el "Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders" (DSM-III-R) considera a este grupo como "trastornos del estado de ánimo". Bajo el nombre de depresión se agrupan una variedad de estados clínicos: desde la alteración del estado de ánimo a una condición que puede poner la vida misma en peligro.  La Depresión es un estado emocional de abatimiento, tristeza, sentimiento de indignidad, de culpa. La misma lleva al que la siente, a la soledad, la pérdida de motivación, el retraso motor y la fatiga.

Puede llegar incluso a convertirse en un trastorno psicótico donde el individuo se queda completamente incapacitado para actuar en forma normal en su vida de relación. La depresión mayor se acompaña frecuentemente de síntomas de ansiedad.  Los pacientes deprimidos y ansiosos sufren una sintomatología más severa, tienen una respuesta reducida al tratamiento convencional y presentan un mas pobre pronóstico que los pacientes sin ansiedad concomitante.
 
SÍNTOMAS
   Los síntomas más frecuentes son: 

·      Baja Autoestima. La persona deprimida muestra una marcada tendencia a sentirse ineficiente, inadecuada e inútil y atribuye sus experiencias desagradables a un defecto físico, moral o mental. Tiende a rechazarse a sí misma, ya que cree que los demás la rechazarán.
 ·      Una consideración negativa del mundo. Se siente derrotado socialmente. Considera al mundo como si le hiciera enormes exigencias y presentara obstáculos que  interfieren con el logro de los objetivos de su vida. Las personas deprimidas se consideran desgraciadas, frustradas, humilladas, rechazadas o castigadas.
 ·      Pesimismo marcado. Mira el futuro casi sin esperanza. Ve el futuro desde una perspectiva negativa y le da vueltas a una serie de expectativas negativas. El deprimido prevé que sus problemas y experiencias comunes continuarán indefinidamente y que se le amontonarán otros mucho peores en su vida.
 ·      Tienden a deformar sus experiencias, malinterpretan acontecimientos concretos e irrelevantes tomándolos como fracaso, privación o rechazo personal.
 ·      Exageran o generalizan excesivamente cualquier situación por más sencilla que sea, tienden también a hacer predicciones indiscriminadas y negativas del futuro. Perciben que todo siempre va a ir en contra suyo, acentuando lo negativo hasta casi excluir los hechos positivos.
 
 PREVENCION  Y TRATAMIENTO
  Hay algunas pautas que pueden ser útiles para evitar caer en la depresión y facilitan salir de ella cuando esta recién asoma, es leve o moderada y se trata de una de una respuesta a una situación temporal:

·        Establecer una red de soporte social y amistades.  Ejemplo: Agrupación de ex alumnos, Colegio de profesionales, grupo parroquial, curso de idiomas, artes, computación, trabajo social, colonia de extranjeros, etc. 

·        Ocupar el tiempo en actividades nuevas y productivas. Muchas veces caemos en una rutina de actividades reducidas e improductivas sin darnos cuenta, trayendo como consecuencia el empobrecimiento de nuestras relaciones humanas, culturales y económicas.  Es conveniente romper esa rutina realizando alguna actividad que nos hubiera gustado desarrollar y hemos pospuesto; lo ideal es encontrar entre esos intereses postergados alguno que se traduzca en mayores ingresos económicos y nos relacione con gente que comparte el mismo tipo de interés. 

·        Tener un programa moderado y constante de ejercicios.  Ya está comprobado que existe un compuesto hormonal que está relacionado al “tono vital”, se le llama serotonina, la "hormona de la alegría", el cuerpo la sintetiza naturalmente (sin costo alguno) al realizar ejercicio muscular intenso en forma regular. Los diferentes tipos de danza y artes marciales son buenas alternativas. 

·        Poner más atención al cuidado físico y arreglo personal.  Al inicio de la depresión se aprecia despreocupación en el cuidado de la apariencia personal, lo que a su vez hace que al vernos al espejo o recibir comentarios al respecto nos sintamos peor todavía.  No hay que  bajar la guardia, se debe procurar mantener la atención por lo menos en el aseo y cuidado personal. 

·        El estrés y la depresión coinciden orgánicamente por estar presentes en situaciones de caídas en el nivel de las vitaminas y minerales (Zinc, Magnesio, etc.), lo que a su vez acentúa el estrés, facilitando el ingreso a la depresión; creándose un círculo vicioso; el mismo que se debe  romper tomando suplementos vitamínicos que contengan el Complejo B, C y A, los minerales mencionados o específicas para el estrés.
 
Estos consejos pueden ser efectivos para prevenir la depresión o cuando está en su fase de inicio y el origen no es de mayor relevancia para los planes y metas de vida de la persona. 
Sin embargo si esta se debe a la pérdida real o virtual de alguien que constituye un eje afectivo en la vida del sujeto, si la depresión ya está instalada por más de 3 meses, si está asociada a la presencia de ansiedad, con dolor existencial e interfiere en la efectividad laboral; entonces no sólo es necesaria la psicoterapia, sino que puede ser conveniente el uso de psico-fármacos para compensar bioquímicamente a la persona y es el psiquiatra el profesional indicado para recetarlos. 

Desde luego que no es suficiente con el tratamiento farmacológico, también es necesaria la psicoterapia a fin de "reparar" las estructuras mentales y afectivas que han sido afectadas por el evento o situación desencadenante; igualmente es necesario guiar o acompañar a la persona en la re elaboración de su “nueva vida" y el proceso psicoterapéutico debe ser conducido por un profesional debidamente entrenado.