La
terapia electroconvulsiva (TEC), utilizada desde los años ‘30, estaba
considerada como un procedimiento atroz y muy peligroso. De hecho, los
pacientes, durante y después del tratamiento, solían sufrir fracturas
óseas, arritmias cardíacas y convulsiones, debido a la falta de sedación
y la ausencia de anestesia. No obstante, hoy por hoy, siempre bajo
anestesia, la TEC es un tratamiento bastante efectivo para tratar,
además de la depresión, el trastorno bipolar y otras patologías
refractarias al tratamiento psicotrópico.
El origen del electroshock
se remonta a las ideas del psiquiatra Ladislau Joseph von Meduna, quien
afirmaba que la esquizofrenia y la epilepsia eran entidades
antagónicas. Así, si los ataques epileptiformes generaban mejorías en
los esquizofrénicos ¿por qué no inducirlos artificialmente? En el año
1927 Von Meduna utilizó el alcanfor con éxito en un paciente
esquizofrénico con estupor catatónico, desde hacía cuatro años.
El éxito terapéutico de Von
Meduna motivó a Ugo Cerletti a buscar un estímulo epileptógenico menos
penoso para el paciente, de esta manera el primer TEC en humanos se
realizó en el año 1938. En ese entonces Cerletti comenzó a utilizar la
TEC para aliviar la depresión severa.
Vale aclarar que desde aquel
momento hasta que hiciese su aparición la clorpromazina (antipsicótico)
en el año 1952; la TEC era una de las técnicas más eficaces en el área
psiquiátrica.
¿En qué consiste la TEC?
La TEC, si bien no es una técnica muy complicada, se clasifica como un procedimiento quirúrgico.
Mediante unos electrodos
colocados en uno o ambos lados de la cabeza de la persona, se aplica
durante unos segundos (si bien la intensidad y tiempo depende de cada
caso clínico) una carga eléctrica controlada en el tejido cerebral que
provoca una desestructuración en la actividad eléctrica propia del
cerebro y da lugar a una convulsión generalizada. La finalidad de este
procedimiento se centra en alterar los efectos de los neurotransmisores
en el sistema nervioso central, de forma que se afecte la transmisión
interneuronal.
Vale puntualizar que la TEC se
realiza bajo los efectos de anestesia y los relajantes musculares de
forma que la actividad convulsiva no afecte al organismo.
¿Cómo actúa la TEC?
El mecanismo de acción general
de la TEC sigue siendo desconocido, si bien muchos especialistas
coinciden en el hecho general de que este procedimiento actúa sobre los
neurotransmisores variando las conexiones sinápticas establecidas.
No obstante, se conoce que la
TEC también posee efectos neuroendocrinos aumentando la liberación de
varias hormonas y neuropéptidos como la prolactina, ACTH, cortisol,
oxitocina y vasopresina. Y de hecho, el aumento de oxitocina,
vasopresina y las neurofisinas se correlaciona significativamente con la
mejoría de la depresión.
¿Cómo se establece el número de sesiones y la carga eléctrica?
Normalmente el psiquiatra es
quien determina el número y la frecuencia del tratamiento, conociendo
que una serie promedio comprende 10 sesiones que generalmente son
indicadas tres veces por semana en días alternos.
Existen diversas formas para
determinar la dosis necesaria para cada caso; si bien como regla general
el tratamiento inicia con una dosis eléctrica muy baja que se irá
incrementando hasta conseguir la convulsión adecuada que se determina
mediante la lectura del EEG. A partir de este punto, la dosis se
mantiene o se incrementa gradualmente, siempre usando el criterio del
trazado electroencefalográfico.
Otro método hace referencia a la
edad de la persona. Se inicia el tratamiento con la mitad de la edad
del paciente y luego se va incrementando la dosis conforme avanza el
procedimiento.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la TEC?
Los efectos secundarios más comunes
son: una leve confusión y dolor de cabeza después de la TEC. Estos
problemas se vinculan generalmente con el espasmo muscular asociado al
estímulo convulsivo ya que aunque se usen relajantes musculares, el
estímulo eléctrico aplicado en la zona temporal produce despolarización
de los nervios que inervan los músculos mandibulares y la contracción
resultante contribuye a generar cefalea de topografía temporoparietal.
También puede mencionarse que en
el período inmediatamente posterior a la aplicación de la TEC, son
frecuentes las alteraciones del ritmo cardíaco, en forma de
bradiarritmias (en un 30% de las personas), taquicardia y extrasístoles.
Esto se debe a que el estímulo eléctrico cerebral produce una
activación enérgica del sistema nervioso autónomo. No obstante,
generalmente estos trastornos se resuelven espontáneamente en pocos
minutos.
Por supuesto, la intensidad de
estos efectos depende de la susceptibilidad de la persona expuesta a la
TEC, de su estado de salud previo, de la técnica utilizada (unilateral o
bilateral) y del número y la frecuencia de las sesiones aplicadas.
Dentro de las complicaciones poco frecuentes
se halla la convulsión prolongada (una convulsión adecuada debe durar
solamente 25 segundos). No obstante, debe aclararse que las convulsiones
espontáneas son rarísimas ya que la TEC aplicada a personas con
epilepsia contribuye a prevenir las crisis.
Otro de los efectos que se
presenta solo en el 10% de los casos es la excitación o delirio
postictal. En este caso se refiere a un cuadro de agitación motora al
despertar de la anestesia que puede ser causado por una dosis eléctrica
excesiva o por una dosis insuficiente de anestesia o relajante muscular.
No obstante, los efectos colaterales más temidos se refieren a los problemas de índole cognitiva
como el déficit de memoria que generalmente se resuelve pasados los
primeros 45 minutos después de la TEC pero en ocasiones puede extenderse
durante meses. Otros problemas que pueden asociarse a la TEC de
carácter más persistente son: la euforia, el déficit de atención y los
trastornos conductuales o del pensamiento. Si bien normalmente estas
alteraciones desaparecen antes de los seis meses.
¿Existen contraindicaciones para la aplicación de la TEC?
Existen ciertas situaciones de
riesgo donde no es aconsejable aplicar la TEC: la presencia de tumores o
hemorragias cerebrales, los problemas cardiovasculares recientes, las
malformaciones vasculares, el embarazo o problemas relacionados con el
suministro de la anestesia general.
¿En qué patologías es más efectiva el uso de la TEC?
La TEC se considera efectiva en personas que sufren de depresión mayor,
trastorno bipolar o esquizofrenia. Pero generalmente se recomienda solo
cuando los síntomas persisten a pesar del tratamiento psicoterapéutico y
farmacológico.
No obstante, existen
especialistas que recomiendan la TEC como una medida preventiva en
aquellos casos donde existe un alto riesgo de suicidio.
¿Mejora la TEC la calidad de vida?
A pesar de las múltiples
controversias de las cuales ha sido y es objeto la TEC, un estudio
publicado en la British Journal of Psychiatry y realizado por
especialistas de la Wake Forest University donde se analizaron a 77
personas con depresión sometidas a la aplicación de diversas series de
TEC, afirma que los mismos mostraban una mayor confianza en el
tratamiento, superaron los efectos adversos de la TEC y declaraban
sentirse mejor.
No obstante, todo no es tan
sencillo. Investigadores del Instituto Psiquiátrico Estatal de Nueva
York afirman que las tasas de mejoría no son tan elevadas como se
espera. Estos investigadores analizaron un total de 347 personas
provenientes de siete hospitales a los cuales se les había suministrado
la TEC y se les realizó un seguimiento durante 24 semanas.
En contraste con las tasas de
remisión esperadas (del 70 al 90%); en este caso solo se apreció una
mejoría que oscilaba entre el 30,3% y el 46,7%. Además, entre los
remitentes las tasas de recaídas durante el seguimiento fue del 64,3%.
La recaída fue más frecuente se evidenció en personas con depresión
psicótica.
Debe aclararse que el estudio
realizado por los investigadores de la Wake Forest University solo tomó
en consideración un periodo de 2 a 4 semanas después de terminar la TEC
mientras que la investigación realizada en el Instituto Psiquiátrico
Estatal de Nueva York abarcó no solo un mayor número de casos sino
también un periodo mayor de tiempo.
Como puede apreciarse, los
resultados de la TEC aún son discutibles y en algunos casos las mejorías
no siempre son tan evidentes.