A veces no se cae por debilidad, sino por
haber sido demasiado fuertes
A veces
nos derrumbamos por haber sido demasiado fuertes, por haber soportado
demasiado, por haber estado disponibles durante demasiado tiempo, por haber
asumido demasiadas responsabilidades. Cuando hay muchos “demasiados” en nuestra
vida, es normal que suframos un profundo agotamiento psicológico.
El
agotamiento psicológico suele ser un proceso lento, se va acumulando gota a
gota sin darnos cuenta. El problema es que termina “estallando”, a menudo por
situaciones sin importancia a las que en otras circunstancias ni siquiera les
hubiéramos prestado atención. La gota que colma el vaso puede ser absolutamente
cualquier cosa que nos ponga frente a frente con la imposibilidad de seguir
adelante. Entonces nos desplomamos, literal o metafóricamente.
¿Qué es el agotamiento psicológico y cuáles son sus causas?
Las
causas del agotamiento psicológico son variadas, aunque en muchos casos se
aprecia una constante: dar demasiado y recibir muy poco. El agotamiento
psicológico aparece como resultado de una entrega constante y hasta
desmesurada, ya sea en el trabajo, a los demás, a un proyecto que nos apasiona
pero también nos consume, a los problemas cotidianos, a las tareas del día a
día…
Al mismo
tiempo, no recibimos prácticamente nada a cambio que pueda equilibrar la
balanza. No podemos descansar y relajarnos lo suficiente, no pasamos tiempo de
calidad a solas con nosotros mismos y no recibimos suficiente atención, cariño
y comprensión de las personas cercanas. En práctica, es como si solo sacáramos
energía de nuestro cajero emocional pero no nos preocupáramos por hacer
ingresos periódicos.
En otros
casos ese cansancio mental está provocado por demasiados cambios en muy poco
tiempo, aunque estos sean positivos. Sin embargo, al ocurrir tan rápido, no
podemos gestionarlos y nos sentimos desbordados. En estos casos, aunque
aparentemente tengamos todo lo que deseamos, en nuestra mente tenemos encendido
una especie de sensor que nos indica que algo está fallando.
Cansancio mental: Síntomas premonitorios del
agotamiento
1.
Pérdida de energía. La sensación de agotamiento psicológico suele reflejarse primero a
nivel físico, por lo que es normal que te sientas sin energías, incluso apenas
te levantas por la mañana, de manera que cuando abres los ojos piensas que no
podrás afrontar la jornada.
2.
Irritabilidad. Uno de los síntomas más evidentes del agotamiento psicológico es el
nerviosismo, la irritabilidad y la hipersensibilidad ya que pierdes el
autocontrol. A la vez, comienzas a interpretar los estímulos como si fueran
amenazas, lo cual te lleva a reaccionar poniéndote a la defensiva.
3.
Insomnio. A menudo detrás del agotamiento psicológico se esconden problemas no
resueltos, que dan vueltas una y otra vez en tu mente, de manera que no te
dejan conciliar un sueño reparador.
4.
Anhedonia. Incapacidad para disfrutar de los pequeños placeres de la vida, las cosas
que antes disfrutabas ya no te animan, es como si de repente el mundo hubiera
perdido sus colores. En algunos casos, puedes sentir como si flotaras en una
especie de limbo lejano que te distancia de la realidad.
5.
Pérdida de la motivación. Cuando estás extremadamente agotado, simplemente
no encuentras la motivación para involucrarte en nuevos proyectos o hacer esas
cosas que antes te apasionaban. Cualquier tarea te parece titánica y
desarrollas una profunda apatía hacia el mundo. También suelen aparecer
sentimientos de desencanto, desilusión y desesperanza.
6.
Fallos de memoria. La atención es uno de los primeros procesos
psicológicos que se afectan cuando estás agotado, lo cual también conduce a
despistes frecuentes. Es probable que olvides los recados, que no recuerdes
donde dejaste las llaves o que incluso te resulte difícil recordar qué comiste
el día anterior. Esto se debe a que tu mente está demasiado saturada como para
seguir procesando y almacenando información a nivel consciente.
7.
Lentitud de pensamiento. El agotamiento psicológico también afecta los
procesos cognitivos, por lo que puedes percibir que piensas con mayor lentitud
o que te cuesta muchísimo trabajo pensar. Lo que antes hacías rápidamente, te
cuesta mucho más y a veces incluso te resulta difícil darle un sentido lógico a
las ideas en la mente o seguirle la pista a un discurso largo.
¿Quiénes son más vulnerables al agotamiento
psicológico?
-
Perfeccionismo. Las personas perfeccionistas, que se exigen mucho a sí mismas,
terminan añadiendo un peso extra sobre sus hombros que a la larga representa
más estrés.
-
Dificultad para delegar. Las personas que quieren asumir todas las tareas, porque
creen que los demás no sabrán hacerlas o no estarán a la altura, son más
propensas a sufrir agotamiento psicológico debido a un exceso de
responsabilidades.
-
Sensibilidad extrema. Las personas que son muy empáticas e hipersensibles, son más
propensas a sufrir un estado de agotamiento emocional debido a que a menudo
asumen los problemas de los demás como propios, sin ser capaces de establecer
una distancia psicológica de protección.
-
Incapacidad para relajarse. A algunas personas, por las características de su sistema
nervioso, les cuesta más relajarse y desconectar que a otras. Es como si su
cerebro trabajara a mil revoluciones por minuto constantemente. Sin embargo, a
la larga, eso termina pasando factura.
Remedios para el cansancio mental: Las 5 reglas a seguir
No obstante,
he aquí 5 reglas generales que deberías seguir para lidiar con el agotamiento
psicológico:
1.
Descansa. Para ser eficaz y productivo, necesitas descansar. En la vida,
es fundamental encontrar un equilibrio entre el trabajo y las obligaciones y el
tiempo libre y el descanso. Asegúrate de encontrar el tiempo para relajarte, de
manera que se convierta en un hábito cotidiano y puedas prevenir el agotamiento
psicológico.
2.
Prioriza. El
día tiene 24 horas, aunque quieras no puedes alargarlo. Por tanto, debes
aprender a priorizar teniendo en cuenta no solo las cosas que parecen ser
urgentes sino también aquellas que más te apasionan y te brindan satisfacción.
Llenar tu jornada con tareas que generan agobio y estrés también causa un
profundo cansancio mental, por lo que debes asegurarte de encontrar un
equilibrio.
3.
Exígete menos. Sé un poco más realista, no eres un superhombre o una
supermujer. A veces no pasa nada si te equivocas, si las cosas no salen
perfectas o si las aplazas. Se trata simplemente de que no te añadas una
presión innecesaria.
4.
Sé compasivo contigo mismo. Se trata de relacionarte contigo mismo asumiendo una
actitud más positiva y compasiva. Consiste en modular el discurso que mantienes
contigo brindándote confianza y tranquilidad, en vez de recriminarte y
criticarte duramente. Un discurso que añada más estrés y malestar se convertirá
en el combustible que alimente el agotamiento psicológico.
5.
Reencuéntrate. El agotamiento psicológico suele crear a nuestro alrededor una
capa compuesta por preocupaciones, presiones, deberes, angustias y
autoexigencias que, a la larga, hace que nos olvidemos de nosotros mismos. Por
eso, es importante que encuentres un espacio para estar a solas contigo, unos
momentos del día en los que simplemente respires con tranquilidad y conectes
con tus necesidades, sueños y anhelos.
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