martes, 29 de julio de 2014

Efectos psicológicos que afectan a nuestra vida cotidiana.

 
 
 
Nos gusta pensar que somos personas racionales y que las emociones toman el control solo de vez en cuando. Sin embargo, mientras más profundizamos en la mente humana, más nos damos cuenta de que nuestras decisiones, actitudes y comportamientos están determinados por numerosos factores, muchos de los cuales escapan a nuestra conciencia.
1. Efecto Pratfall – Cometer errores nos hace más simpáticos
Muchas personas están obsesionadas con no cometer errores. Les avergüenza tropezar en público o equivocarse al dar un discurso. El miedo a cometer un error es tan fuerte que en algunos casos llega a convertirse en una obsesión. Como resultado, la persona se concentra tanto en prevenir los fallos que su desempeño se resiente e incluso es probable que transmita una imagen lejana, fría o snob.
Sin embargo, según el Efecto Pratfall, cometer un desliz delante de los demás aumenta nuestro atractivo, hace que seamos más simpáticos. Así lo demostró un estudio realizado en la Universidad de Minnesota donde se les pidió a las personas que evaluasen cuán agradables y simpáticas les resultaban los participantes de un concurso. Así se pudo apreciar que los participantes catalogados como más agradables eran aquellos que cometían deslices y no los que tenían un desempeño impecable. ¿Por qué? Simplemente porque las personas los percibían como alguien más cercano y sentían una profunda empatía ante sus errores. 
2. Efecto Pigmalion – Grandes expectativas conducen a grandes resultados
Hace algunos años el psicólogo Robert Rosenthal desarrolló un experimento muy interesante: les dijo a algunas profesoras de primaria que algunos de sus estudiantes eran brillantes y que otros tenían problemas de aprendizaje. Al terminar el curso, los estudiantes calificados como “brillantes” mostraron mejores notas mientras que aquellos que supuestamente tenían dificultades para aprender, obtuvieron calificaciones más bajas.
Este estudio nos demuestra que cuando tenemos determinadas expectativas sobre una persona o incluso sobre nosotros mismos, asumiremos una serie de actitudes y comportamientos que hacen que esa “profecía” se cumpla, incluso si no somos conscientes de ellos. ¿Por qué? Porque una vez que nos hemos formado una imagen, nuestro cerebro prefiere trabajar para confirmarla en vez de buscar pruebas para contrastarla.
3. Efecto Enfoque – Concentrarse en un aspecto hace que obvies el resto
Daniel Kahneman afirmó que "nada en la vida es tan importante como crees que es cuando estás pensando en ello". Este psicólogo de la Universidad de Princeton realizó un experimento muy curioso: les preguntó a las personas del Medio Oeste de Estados Unidos, cuán felices creían que eran los californianos. Todos afirmaron que los californianos eran más felices que ellos. ¿Por qué? Sencillamente porque se enfocaban en la imagen estereotipada de California y no tenían en cuenta los aspectos positivos de sus propias ciudades.
En nuestro día a día, también somos víctimas del Efecto Enfoque, que también se le conoce como “visión de túnel” ya que no somos capaces de ver más allá de nuestra imagen preconcebida. Esto nos sucede cuando analizamos las situaciones desde una perspectiva reduccionista y nos cerramos a valorar otras opiniones, cuando nos centramos tanto en determinados aspectos que perdemos la visión de conjunto y, como resultado, llegamos a conclusiones sesgadas que nos pueden llevar a tomar malas decisiones.
4. Efecto Spotlight – Tus errores no se notan tanto como piensas
Tenemos la tendencia a creer que somos el centro del universo, aunque sepamos racionalmente que no es así. Solemos creer que estamos bajo los focos reflectores y que todos nos están mirando. Sin embargo, esta actitud no es más que simple paranoia, muestra de nuestro egocentrismo, porque en realidad los demás están mucho menos pendientes de nosotros de lo que suponemos.
Así lo demostró un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Cornell, quienes les pidieron a un grupo de personas que usasen una camiseta con una imagen que les avergonzaba. Después, tenían que estimar cuánta gente se había fijado en su camiseta. Como podrás suponer, los participantes creían que muchas personas se habían fijado en ellos, aunque realmente no era así y en la mayoría de los casos habían pasado completamente desapercibidos.
5. Efecto Espectador – A más personas, menos probabilidades de que recibas ayuda
Solemos pensar que si nos ocurre alguna desgracia en medio de un tumulto de personas, tendremos grandes probabilidades de ser socorridos pero en realidad no es así, más bien al contrario: las probabilidades de recibir o dar ayuda son inversamente proporcionales a la cantidad de personas que haya en el lugar. Es lo que se conoce como Efecto Espectador o “difusión de la responsabilidad”.
Este efecto se descubrió en un estudio realizado en las universidades de Columbia y Nueva York, en el cual los entrevistados escuchaban un golpe seco que indicaba que otro participante había tenido un accidente en la habitación adyacente. Cuando las personas creían que estaban solas, el 85% salió corriendo para socorrer al supuesto accidentado pero cuando pensaban que había más personas cerca, solo el 31% prestó ayuda. ¿A qué se debe este efecto? Simplemente al hecho de que creemos que la responsabilidad de ayudar al otro, recae sobre los demás y no sobre nosotros.

No hay comentarios: