jueves, 3 de marzo de 2011

La desensibilización en el tartamudeo

Como es muy difícil que el tartamudo se imagine su propio tartamudeo y las respuestas que da, las exposiciones a su forma de hablar se tienen que hacer en vivo, es decir, actuando.
Entre las situaciones que se tienen que desensibilizar se encuentran miedos de palabras, de ciertos sonidos, de ciertos oyentes, de ciertas condiciones de comunicación, tales como premura de tiempo, algunas actuaciones de los oyentes, como no mirar o ponerse nervioso, o acabar las frases, etc. por ejemplo, el empezar la palabra por p, el sonido del teléfono pueden ser estímulos que disparen su ansiedad.
El teléfono es un elemento generalmente problemático. Las características de este medio de comunicación dificultan su uso a los tartamudos, si se dan silencios el oyente puede interrumpir o colgar sin saber que el otro está bloqueado sin poder hablar. El tartamudo tampoco ve la reacción del oyente y por ello está más inclinado a proyectar sus miedos a las reacciones del interlocutor y el temor a que le rechacen se incrementa. Además, la comunicación está basada solamente en el canal verbal y no se pueden utilizar gestos, etc. que ayudan en la comunicación. Como ejemplo de exposición hay que tener en cuenta que da buenos y sorprendentes resultados llamar por teléfono a desconocidos miles de veces, exponiéndose a bloquearse.
La exposición en la imaginación a los peores temores que los tartamudos tienen de las reacciones y pensamientos de los oyentes es una técnica que tiene un efecto importante en la reducción de la ansiedad. El rechazo del interlocutor muchas veces está solamente en su pensamiento, porque cuando se pasa la adolescencia es más rara la interpelación directa o las risas exageradas del otro. Es el propio tartamudo el que interpreta distintos indicios como muestras del peor rechazo que le pueden hacer. Por eso la exposición a la imagen de los indicios que ve junto con el pensamiento de que se es rechazado realmente, tiene efectos muy positivos en la reducción de la ansiedad del tartamudo.
Como plantea la Terapia de Aceptación y Compromiso, no se trata solamente de hacer una exposición pasiva, de quedarnos paralizados, se trata también de ampliar nuestro repertorio de respuestas, es decir, atrevernos a conducirnos como creemos que es más adecuado para la situación. En el tartamudeo se da la condición, común a otros muchos problemas, de que hay que hacer algo porque, está claro que, si no, no se pronunciará, de aquí la propuesta de Van Riper de ir cambiando la forma de tartamudear para avanzar hacia una forma que implique mucho menos esfuerzo y que, por lo tanto, será más fluida y sencilla que la actual.

Como desensibilizar.
En el proceso de desensibilización se trata de que la ansiedad disminuya, y se compruebe y se sienta esa disminución. Por eso es importante empezar enseñando al tartamudo a distinguir su nivel de ansiedad, reconociendo la emocionalidad negativa que tiene en cada momento, para poder realizar la exposición de forma gradual y mantener la situación el tiempo necesario hasta que la ansiedad baje y se vaya dando la habituación. El habla es un barómetro tan bueno como otro cualquiera de los sentimientos del paciente. Algunos se han referido a la ratio "no-ah", al tono, intensidad y variaciones de calidad mostradas por el tartamudo en sus momentos de fluidez como índices de su nivel de ansiedad.
Los tartamudos afirman que, a lo largo de toda su vida, no han tenido más remedio que enfrentarse a las situaciones temidas. Lo hacen todos los días y no les ha servido para nada. Pero la exposición terapéutica es algo más, ya que consiste, efectivamente, acudir a las temidas, pero dejando, además, de dar las respuestas de evitación, aplazamiento, etc. Se trata, no solamente buscar y acudir a las situaciones temidas, sino hacerlo de una forma diferente, yendo a dar el mensaje como sea, aunque sea quedándose parado en un bloqueo. Cuando no se hace terapia se va a una situación temida con la intención de salir corriendo, de no hablar, si no es estrictamente necesario, de pasar totalmente desapercibido, de acabar cuanto antes, etc. Cuando se hace terapia se va con intención de hablar, de que se note que se tartamudea, de decir todo lo necesario, aunque sea tartamudeando, de no salir corriendo, etc. En la exposición terapéutica se busca el riesgo de forma controlada.

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