martes, 17 de septiembre de 2013

El estrés: un problema prehistórico



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Muchas de las personas que, hoy por hoy, deciden acudir a la consulta de un psicoterapeuta lo hacen para poder solucionar sus problemas de estrés. Unos problemas que pueden tener orígenes de lo más diversos y verse acentuados por multitud de circunstancias externas que impiden que el paciente encuentre la raíz real de su situación.

No obstante, conviene recordar que, tal y como indican diversos expertos, las situaciones de estrés y los problemas derivados de él no son exclusivos del siglo XX o XXI, ni tan si quiera de la era actual.

De hecho, y aunque los hombres prehistóricos no estaban sometidos al estrés laboral que existe hoy en día, las situaciones de peligro y la lucha por la supervivencia les hacía desarrollar reacciones y mecanismos prácticamente idénticos a los que se desarrollan en las actuales circunstancias de tensión.

En sí, la palabra estrés define el momento en el que el cerebro pone en marcha unos mecanismos que hacen funcionar los músculos para huir cuando se detecta un peligro. Y este peligro, teniendo en cuenta el momento que se viva, puede ser cualquier animal salvaje al que se enfrentaban los humanos prehistóricos, un problema que un trabajador no puede resolver pese a las exigencias de su jefe o el tener que hacer frente a responsabilidades que no se pueden o no se quieren asumir.

Sin embargo, los psicólogos indican que el problema no es el estrés en sí, sino el exceso del mismo. Incluso muchos profesionales recomiendan vivir con pequeñas dosis de estrés porque favorece que el cuerpo desarrolle algo parecido a una "defensa" y afronte con mayores garantías situaciones más complicadas y que puedan generar más nerviosismo.

Igualmente, hay que recordar a todos los pacientes que presenten cuadros de ansiedad o estrés –son patologías similares pero no idénticas debido al componente de espera y nerviosismo que presenta la ansiedad y que no siempre aparece en el estrés- que conviene cuidar la alimentación, respirar profundamente y de forma completamente consciente y realizar ejercicio de forma regular para liberar la tensión acumulada.

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