Cuando somos pequeños tenemos muchos temores, en gran parte
porque el mundo nos parece inmenso y a veces las cosas que no conocemos nos
asustan un poco. Cuando vamos tomando conciencia de estos miedos, pensamos que
poco a poco irán pasando, que con los años se atenuarán.
Sin embargo, no es así. Muchas de las personas que le tenían
miedo a la oscuridad cuando eran niños continúan temiéndole de adultos. Muchas
de las niñas que le temían a las ranas continúan manifestando este temor
incluso si ya son adultas.
El problema es muy sencillo: la mayoría de los miedos no
desaparecen por sí solos, es necesario trabajar sobre su causa. No basta con
saber que es un temor irracional, es importante trabajar sobre el miedo. Por
eso, te propongo que sigas estos sencillísimos pasos. Antes de comenzar, te
aconsejo que te sientes en un lugar tranquilo, donde nadie te pueda
molestar.
Tres pasos para eliminar el miedo
1. Siente el miedo. Cuando experimentamos temor nuestro primer impulse es el de escapar,
queremos que el miedo simplemente desaparezca porque nos hace sentir mal. No
obstante, si enfrentamos la sensación de miedo de una vez y por todas, nos
daremos cuenta de que no es tan horrible como suponíamos. De hecho, a menudo
toda la película que corremos en nuestra imaginación es mucho peor que la
realidad.
2. Conviértete en un observador. Imagina que eres otra
persona, alguien que no siente ese miedo. Mírate como si fueras otro, ¿qué ves?
Si logras ensimismarte en el rol de un observador externo, el miedo
desaparecerá por sí solo y te darás cuenta de lo irrisorio de la situación.
Finalmente podrás comprender a nivel emocional que se trata de un miedo
ilógico, sin ninguna base.
3. Busca las causas del miedo. Aunque probablemente tienes
en los labios el sabor de la victoria, debes saber que un miedo que has estado
arrastrando durante años no se elimina tan fácilmente. Por eso también es
importante que trabajes en las raíces del temor. Excava en tu mente
planteándote preguntas como: ¿cuándo fue la primera vez que sentí el miedo? ¿a
qué se debió? ¿qué factores han fortalecido el miedo a lo largo del
tiempo?
Te asombrará descubrir que los factores que dieron lugar a
tu temor ya no existen o no son válidos para tu realidad actual. Sin embargo,
en muchas ocasiones, es como si nos olvidásemos de actualizar esa parte de la
memoria, que continúa alimentando un miedo del todo injustificado.
Finalmente, vale aclarar que este pequeño y sencillo
ejercicio deberás repetirlo varias veces, hasta que sientas realmente que el
miedo se ha ido por completo. No te desanimes, recuerda que has pasado años
alimentando ese temor y que eliminarlo no será algo que puedes hacer de la
noche a la mañana.
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