jueves, 28 de septiembre de 2017

EL HUMOR EN EL PROCESO PSICOTERAPEUTICO


¿Qué es lo que mantiene sana a una persona a pesar de estar sometida a condiciones ambientales adversas? ¿Por qué  algunos pueden superar eficazmente situaciones conflictivas y otros no? ¿Qué recursos  privilegian estos individuos a la hora de afrontar tales circunstancias?  ¿Son la creatividad, el humor, la autoestima, las habilidades sociales, la capacidad de amar y perdonar, entre otros, ingredientes esenciales para afrontar adecuadamente determinadas situaciones? ¿Cómo se pueden desarrollar y potenciar? ¿Qué papel específicamente cumple el humor como estrategia de afrontamiento? ¿Qué valor cumple el humor como herramienta  de intervención en el proceso terapéutico?
Frente a todos estos interrogantes surgió la necesidad de analizar la importancia del humor en psicoterapia desde distintos enfoques psicológicos haciendo hincapié en la terapia  cognitiva. Evaluar su incidencia en el terapeuta y en el vínculo que este último establece con el paciente, analizando ventajas y desventajas del mismo.
La Psicología como ciencia durante mucho tiempo se ha dedicado casi exclusivamente,  al estudio de las patologías.  A partir de la segunda mitad del  siglo XX,  algunos investigadores como Seligman, se replantearon esa visión,  produciendo un giro en  la mirada del comportamiento humano dando  lugar a un nuevo paradigma que considera y acentúa  los aspectos más saludables de las personas, a este movimiento  se lo denominó Psicología Positiva.
Martín Seligman (2003) destaca los aspectos que nos permiten aprender a disfrutar, ser alegres, generosos, serenos, solidarios y optimistas. Indica además, que aplicar las “fortalezas personales” en los momentos y ámbitos cruciales de la vida,  desarrolla protecciones naturales frente a las adversidades, la depresión y las emociones negativas, y permite que la persona tenga una visión diferente de lo que ocurre. 
Berger en su libro “Anatomía del Humor” (1998)  define:   “Lo cómico debe entenderse como una forma de magia. Lo cómico, al igual que la magia, provoca un desplazamiento repentino y racionalmente inexplicable del sentido de la realidad”.
Moody R.(2002) señala: “la capacidad de reír es uno de los rasgos más característicos y profundamente  asentados del hombre. Fueron muchos los psicólogos y filósofos que han argumentado que el hombre es el único ser que ríe o tiene sentido del humor, hay quienes han llevado más lejos esta cuestión, como para sugerir que el hombre podría ser definido como “animal risible” el animal que puede reír.”
 El humor y su relación con la resiliencia:
El término  humor nos lleva al concepto de resiliencia, definiendo esta última como la capacidad que tiene una persona o sistema social para lograr vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de condiciones de vida difíciles.  Dicho concepto destaca los recursos para idear soluciones.
Las características del sujeto resiliente son: habilidad, adaptabilidad, baja susceptibilidad, enfrentamiento efectivo,  conductas vitales positivas, y habilidades cognitivas, todas desplegadas frente a las situaciones vitales adversas estresantes,  que le permiten atravesarlas y superarlas.
Henderson y Milstein  afirman “Las personas pueden sobreponerse a las experiencias negativas y a menudo,  hasta se fortalecen en el proceso de superarlas.” (Henderson N, Mike M. 2003)
Efectos del humor:
Fisiológicos:
Cuando el buen humor desencadena la risa dice el Dr. Moody  “hay un decrecimiento del tono muscular, quedando los músculos fláccidos y la risa implica una liberación de tensión o de energía excesiva.” 
Las emociones positivas, como alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, son denominados estados de ánimo. Se manifiestan en el cuerpo como realidades bioquímicas que generan  distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta revertir algunas enfermedades. 
Algunos beneficios del buen humor y la risa son:
    1. Libera las hormonas endorfinas: cuando la glándula pituitaria recibe un  estímulo generado por nuestra sonrisa voluntaria y consciente, reacciona liberando endorfinas, las que además de ser el analgésico natural del cuerpo, producen, al ser liberadas, una sensación de bienestar.
    2. Disminuye la hormona suprarrenal cortisol: el estrés crónico provoca cambios fisiológicos adversos, mientras que la risa es su antídoto. Esta  hace descender el nivel de cortisol que se produce en la sangre ante una situación de estrés. La risa y el humor son escapes al sufrimiento que resulta de la diferencia entre las aspiraciones humanas y la realidad que a uno le toca vivir.
El Dr. Daniel Rossetti, (2001)  indica que “durante la risa hay una  reducción y/o normalización de aquellas  funciones orgánicas que se alteran durante el estrés. Es así mismo como se ha determinado que la risa disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y decrece la activación del estrés.”
    1. Relaja el sistema muscular: Actúa sobre el sistema neurovegetativo, que es regulado por el sistema limbico, el núcleo de las emociones. En los episodios de  risa se pone en marcha en primer lugar el sistema nervioso simpático, para dar pronto paso al parasimpático,  cuya acción es más duradera. La tensión arterial baja y  regulariza la respiración y la digestión, pues al descender el diafragma se produce un efecto masaje sobre el hígado y la vesícula biliar.  Con relación a la respiración, se produce una mejor oxigenación de todos los tejidos.
    2. Algunas investigaciones médicas y especialmente de la psico-neuro-inmuno-endocrinología determinaron que la glándula timo no se atrofia en la adolescencia. Pero sí cambia de tamaño y disminuye, de este modo, en beneficio del organismo. Es la glándula más importante del sistema inmunológico, en ella maduran los linfocitos T. Si realmente se atrofiaran, no existiría la inmunidad del organismo. El humor, ayuda a mantenerla en funcionamiento.
Psicológicos:
El verdadero humor consiste en reírse de sí mismo, de lo que uno hace, dice o piensa. Este proceso se lleva a cabo a través del “autodistanciamiento”.  Por otra parte, el humor representa una actividad creativa del ser humano, puesto que lo risible no nace de las cosas, sino de la persona misma.
Cuando la persona se ríe de sí misma aumenta su  autoestima y desarrolla una actitud de  reto o desafío que consiste en hacer frente a las tensiones.  El verse a sí mismo desde una perspectiva cómica brinda afecto, entendimiento, apoyo, diálogo, juego y favorece una relación más cercana con los otros.
Sociales:
El humor tiene beneficios en el ámbito terapéutico, laboral, escolar y/o en reuniones sociales, ya que descomprime y puede ser útil para solucionar desacuerdos,  porque  relaja y refuerza las  relaciones con los otros (Moody 2002). 
Respecto del área laboral, muchas empresas como IBM, Xerox, General Motors,  y otras, han incorporado el humor en su filosofía corporativa, su estrategia de recursos humanos o sus programas de formación.  El humor favorece la innovación,  la motivación, potencia la salud actúa  en los  recursos humanos posibilitando  el incremento de su productividad.
El humor en la psicoterapia:
La mayoría de las corrientes psicológicas reconocen su valor en el proceso terapéutico. Una minoría concluye que el humor puede ser un modo de descargar hostilidad, frustración o una manera de tomar con ligereza los problemas del paciente. En base a todas estas investigaciones subyace la idea de que el humor es un recurso que hay que nutrir, cultivar y conservar.
Cloe Madanes (1987), plantea que las intervenciones humorísticas en la terapia de familia tienen el propósito de incluir elementos inesperados y sorpresivos facilitando a los miembros correr el foco de las críticas no constructivas y encontrar otras alternativas  para mirar el conflicto familiar.
En la terapia de niños y adolescentes Salameh y Fry señalan en ¨Humor y Bienestar en la Intervención Clínica” que el humor promueve rapport positivo entre terapeuta – paciente facilitando una mejor alianza terapéutica con la población de infantes y jóvenes.
Por  otro lado,  indica el nivel de desarrollo cognitivo y social de este grupo.
Por último, como técnica terapéutica para explorar sentimientos, lidia con la resistencia y promueve cambios. 
El autor aclara que el humor es un medio que facilita la  catarsis en el  proceso terapéutico.
En la terapia grupal de niños, el humor revela información acerca de ellos, crea una respuesta positiva, y espontánea. 
Usos del humor en distintas orientaciones:
1 - El uso del humor en la Terapia psicoanalítica:
Freud, (1905) en su ensayo sobre el chiste y el inconsciente afirma; “Como los chistes y lo cómico, el humor tiene algo de liberación acerca de algo, pero tiene también algo de un sentido de grandeza y de elevación que suele faltar en las otras dos formas de obtener placer desde una actividad intelectual. Esta grandeza se basa en el triunfo del narcisismo, y en la victoriosa autoafirmación de la invulnerabilidad del ego.” En este ensayo Freud presenta el humor como un mecanismo de defensa que utilizará la condensación, la simbolización, el desplazamiento y la represión como vehículos donde se expresa el humor. 
Freud (1905) en “El chiste y su relación con el inconsciente”  describe la risa como una descarga defensiva de tensiones,  provocada por sentimientos o pensamientos asociados con el odio y la sexualidad en situaciones donde la expresión sería inadecuada.
Salameh y Fry en “Humor en la intervención clínica”  citan lo siguiente (Freud 1905),  “a veces,  los chistes no tienen un fin preciso.”  Creía que algunos  ocultaban sentimientos hostiles, obsesivos o cínicos.
En  ese caso permitían la expresión indirecta de sentimientos reprimidos agresivos o sexuales
Goldstein (1972) dice “el humor es una buena sublimación frente a los impulsos no deseados y las necesidades inconscientes de destrucción. Resulta ser un antídoto frente a la ansiedad,  la depresión y un mecanismo útil para la desexualización, y para liberar la amenaza reprimida.”
2 - El uso del Humor en las Terapias cognitivas-conductuales:
El incluir el humor y la risa en la terapia de la conducta, permite al paciente una nueva forma de afrontar situaciones que con anterioridad habían sido consideradas problemáticas.
La terapia Racional Emotiva de Ellis (1977, 1983) emplea gran variedad de métodos, entre ellos el humor para interrumpir y alterar las creencias irracionales del paciente, que actúan saboteando en forma de resistencia los procedimientos terapéuticos.
"De cualquier forma que se presente, la psicopatología consiste en tomar demasiado en serio no sólo la vida sino también a nosotros mismos: exigiendo que debemos conseguir exactamente lo que queremos; concluyendo que es trágico cuando nuestros deseos se ven frustrados o aplazados; juzgando que nosotros y los demás son demonios o dioses según la forma de actuar buena o mala. De aquí se deduce que una de las finalidades más importantes de la psicoterapia es socavar la excesiva seriedad de las personas.” (Ellis, 1976).
Entonces, en gran medida, la perturbación emocional consiste en tomar la vida demasiado en serio, en exagerar la importancia de las cosas, la sensación de catástrofe, de horror y atrocidad de todo lo que ocurre (o pasando al extremo defensivo de no tomarlas suficientemente en serio). En este sentido la psicoterapia racional-emotiva conductual consiste en demostrar a las personas sus creencias disfuncionales catastróficas y desafiar enérgicamente su  excesiva seriedad.
Navas (1989) explica que es fundamental diferenciar el reírse y hacer bromas, de las ideas de la persona y humanidad del paciente,  que es fundamental respetar siempre.
3 - El uso de humor en la Logoterapia de Víctor Frankl:
Frankl (1983) define la intención paradójica como un proceso mediante el cual el paciente es animado a hacer o desear que ocurra aquello que precisamente teme.   Es  la capacidad  humana de captar el lado cómico de las cosas,  el auto-distanciarse de manera que pueda objetivar los síntomas y separarse de ellos.
4 - El uso del humor en la Hipnoterapia Ericksoniana:
Milton Erickson asocia el humor al uso de metáforas. La utilización de juegos de palabras, chistes, relatos entre otros, busca llevar el conocimiento más allá de su contexto inicial, hacia un contexto nuevo.
El autor plantea que las personas con dificultades en el accionar muchas veces piensan con  pautas rígidas.  Una de sus metas terapéuticas consiste en  quebrantar dichas creencias creando confusión.  El reencuadre también es otra de  las principales herramientas empleadas para eludir e interferir en las  creencias auto-limitantes de los  pacientes.
Finalmente y para complementar lo dicho anteriormente, David Gordon y Manbeth Meyers Anderson (1981) han descrito y reproducido el trabajo terapéutico de M. Erickson formulando tres generalizaciones acerca de la orientación básica del mismo:
    1. La importancia de la flexibilidad tanto del paciente como del terapeuta.
    2. Del humor.
    3. La orientación a futuro
Intervenciones terapéuticas y tratamientos con el humor:
1 )Desensibilización Sistemática:
El humor puede usarse previo a la visualización de las escenas temidas, si surge espontáneamente, da cuenta de un efecto de cambio cognitivo, ya que el sujeto puede interpretar de una manera diferente la situación estímulo.
2) Entrenamiento asertivo:
Las personas no-asertivas experimentan temor excesivo acerca de las consecuencias de su comportamiento disfuncional. De manera que, el crear o enfatizar diversos aspectos humorísticos en la técnica del juego de roles ayuda a   reducir sus temores.
Una posible estrategia es la exageración. Estas personas, frecuentemente tienen expectativas erróneas de cómo los demás reaccionarán si expresan sus sentimientos, opiniones, o hacen valer sus derechos personales.
En el entrenamiento asertivo, se enseña a expresar  apropiadamente el coraje a través del humor.
3) Modelaje:
Servir de modelo es una función que el terapeuta implementa explícita o implícitamente durante el proceso de tratamiento terapéutico. Muchas veces es favorable que el  profesional transmita  un mensaje,  un problema puede ser tomado seriamente y describirse humorísticamente.
4) Reforzamiento:
Cuando un paciente es capaz de hacer una broma o reírse acerca de asuntos personales que antes habían sido dolorosos o vergonzantes, dicha reacción humorística por lo general representa un cambio significativo en la visión de sí mismo, del mundo y de sus circunstancias. (Ventis, 1987; Navas, 1989)
Al brindar el terapeuta atención al humor por parte del paciente, motiva y refuerza el uso de los recursos humorísticos que la persona no ha utilizado o ha dejado de hacerlo, debido a inhibiciones personales.
Humor en el terapeuta, en el paciente y en las reuniones de supervisión:
a) En relación con el terapeuta:
El modelaje del terapeuta que implementa el humor favorece en los pacientes una forma de auto-expresión abierta y espontánea.
Dimmer S. Carroll J. (1990) sostienen que las intervenciones humorísticas pueden ser aplicadas constructivamente siempre que el terapeuta no las utilice en su propio interés mostrando su superioridad frente al paciente.
El sentido del humor en psicoterapia es una experiencia interpersonal interactiva que se produce entre el terapeuta y su paciente. Heuscher sostiene que la efectividad en el uso del humor es proporcional a la autenticidad de la relación interpersonal.
Según  Weiss, H (1984) un terapeuta que emplea humor es creativo e imaginativo, el humor genera intimidad, refleja humanidad e interés por parte del mismo.
Resenheim E, (1974), indica que los intercambios humorísticos durante la terapia incrementan la capacidad del paciente para percibirse a sí mismo y las relaciones con los demás de forma precisa y ayuda a superar la resistencia en  pacientes adolescentes. El humor genera intimidad y refleja la humanidad y el interés por ayudar por parte del terapeuta, de este modo se establece una alianza terapéutica más informal.
b) En relación con el paciente:
Generalmente, el paciente comienza su trabajo terapéutico cuando esta preparado para hacerlo, por lo cual parte de la sesión es de carácter social, comentando las novedades de la semana, haciendo chistes, suscitando diversión, y desmitificando la creencia de la necesidad de considerar el proceso terapéutico como estructurado, serio y hasta doloroso.
c) En relación con la Supervisión:
En su texto “The handbook of humor” E. Buckman hace referencia al humor en las reuniones de supervisión, al respecto menciona: “Los efectos de las intervenciones humorísticas en psicoterapia incluyen llamar y mantener la atención del paciente, fomentar la motivación, proveer un ambiente agradable y generar  una interpretación mas creativa y expansiva de los eventos con oportunidad de un nuevo aprendizaje (Killinger 1987).” 
Las experiencias de los pacientes son muy parecidas a las de los supervisados.  Estos también buscan clarificar, entender, crecer y aprender en sus entrenamientos.
Los pacientes y los supervisados comparten similitudes en la estructura y proceso. En sus  experiencias de desarrollo,  incluyen ayuda profesional a través de la enseñanza y  la guía
Por otra parte,  Buckman cita a los siguientes autores: “Friedman y Kaslow (1986) sugirieron que el desarrollo de la identidad profesional progresa en los psicoterapeutas a través de distintos pasos en la supervisión (...) empezando con experiencias de ansiedad y dependencia.  El principal objetivo de la supervisión es permitir el movimiento desde la dependencia hacia la confianza y competencia.”
Schwartz (1986) sugirió que los supervisados generalmente se preocupan por el aspecto evaluativo del proceso de supervisión y se paralizan por la ansiedad que genera.  Sin embargo para que haya aprendizaje la ansiedad debe reducirse para no interferir en la adquisición de información. Un método es la aplicación del humor y la risa en el proceso de entrenamiento de supervisados.  En este contexto  puede ser usado para mejorar la relación entre supervisor y supervisado, facilitar la adquisición de habilidades clínicas competentes y ayudar a desarrollar la identidad profesional”.
Precauciones y advertencias para el uso del humor en psicoterapia:
Algunos autores, consideran que el humor no debe usarse  con niños con depresión profunda, esquizofrénicos o que han padecido abuso sexual.
Salameh y Fry (2001)  hacen los siguientes señalamientos: “En ciertas ocasiones el humor puede usarse como mecanismo de defensa para no tomar su problema seriamente. Alejarse del objetivo terapéutico puede desalentar al niño en el desarrollo de habilidades sociales. El humor no debe usarse deliberadamente en terapia sino de forma estratégica, consciente y racional.  El terapeuta debe considerar la contra-transferencia y otros factores interpersonales que pueden influenciar el uso del humor con un paciente  y  en un momento determinado.”

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