Teniendo en cuenta las características de la Fibromialgia, los abordajes terapéuticos integrales y multimodales constituyen la opción más válida en el manejo de la fibromialgia.
El hecho de que el tratamiento farmacológico no sea plenamente eficaz implica una elevada utilización, por parte de estos pacientes, de otro tipo de estrategias alternativas como: psicoterapia, fisioterapia, quiromasajes, acupuntura y ejercicio aeróbico.
Una de las modalidades más efectivas será la combinación de fármacos (sobre todo la combinación fluoxetina-amitriptilina), con tratamientos alternativos: conferencias, terapia conductual, técnicas para reducir el estrés, ejercicios aeróbicos y sesiones de apoyo para familiares, visitando de forma regular e individual al paciente, con una duración de 3 semanas a 6 meses. Existen estudios que confirman la eficacia de la terapia cognitivo-conductual, ya que enseña a reconocer y rehacer los pensamientos disfuncionales como los pesimistas e integrar mecanismos de afrontamiento eficaces en la vida diaria (en cuanto al dolor y el control de la enfermedad).
Con respecto al Tratamiento Farmacológico, hay un grupo de medicamentos, que actúan entre otros mecanismos de acción, aumentando los niveles de serotonina, y que mejoran los síntomas en un buen número de enfermos. Hasta el momento, se han empleado con cierto éxito la amitriptilina y la ciclobenzaparina. El primero de ellos, empleado a dosis más altas para tratar la depresión, tiene como principal función abordar el déficit de serotonina presente en la fibromialgia, al mismo tiempo que reduce el dolor y ayuda a conciliar el sueño.
En aquellos pacientes que presentan depresión asociada a la enfermedad se utilizan inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS,s), como fluoxetina, sertralina o paroxetina. Algunos de estos medicamentos producen efectos secundarios como nerviosismo o insomnio y, por ello, son asociados en ocasiones a antidepresivos tricíclicos.
Los objetivos a conseguir en el Tratamiento Psicológico de estos pacientes serán:
- Preparación psicológica del paciente
- Manejo psicoterapéutico del dolor y el estrés
- Disminución de los estados emocionales negativos que acompañan a las enfermedades crónicas, como la ansiedad, la depresión, la ira, la hostilidad, etc.
- Manejo efectivo de las variables de apoyo psicosocial
- Desarrollo de autoeficacia, autoestima y asertividad, y en un sinnúmero de variables psicológicas que se ven afectadas en la situación de enfermedad y que retroalimentan negativamente el estado de salud del paciente
La intervención psicológica en el comportamiento del paciente con una enfermedad crónica, a nivel cognitivo, emocional, conductual, y social, contribuye para un mejor afrontamiento de la enfermedad por parte del paciente, permitiendo una readaptación rápida, con la finalidad de comenzar una nueva faceta de vida igualmente satisfactoria, con la máxima calidad de vida que el curso de la enfermedad lo permita.
Una de las esferas que se ven afectadas es la Alimentación, que se puede ver alterada de forma importante, pudiendo incluso romperse el equilibrio biológico del organismo.
Existen alimentos que pueden ayudar a superar un estado depresivo, pero más difícil resulta encontrar nutrientes que intervengan en el proceso y desarrollo del dolor.
Pese a las dificultades halladas, la base de una alimentación adecuada es muy importante en el padecimiento de una enfermedad crónica.
No existe el alimento milagroso capaz de curar la Fibromialgia, como tampoco existe el fármaco prodigioso que pueda lograrlo. Para que el cuerpo sea capaz de mantener su homeostasis, su equilibrio, es preciso aportarle de forma regular una serie de nutrientes a partir de los alimentos. Por lo tanto, va a ser a partir de la combinación y proporción adecuada de los diferentes grupos de alimentos, de donde vamos a obtener aquello que el organismo precisa. Equilibrar la alimentación desde un punto de vista global, sabiendo que no sólo en la composición de los alimentos está su poder sino también en la textura, olor, color, sabor, temperatura... y suplementar con aquellos nutrientes que hemos visto más afectados en el proceso físico-emocional, serían la propuesta de alimentación en alguien ansioso, deprimido, o básicamente dolorido..., dentro de un marco de escucha de la persona, no del paciente.
Cualquier persona que desee mejorar su salud debe preocuparse, en primer lugar, por cuidar lo que come. Hoy en día nadie duda de la relación causa/efecto entre alimentación y cáncer o alimentación y salud cardiovascular. Es preciso tener en cuenta que los enfermos de Fibromialgia, y debido a las peculiaridades de su dolencia, pueden llegar a descuidar su alimentación. El tratamiento prescrito, el tener que soportar minuto a minuto la sensación de dolor y los problemas emocionales asociados son las causas de la pérdida de apetito. A ello se unen el insomnio, el cansancio y la depresión, que no hacen sino dificultar aún más el autocuidado.
Ejercicio y terapia física
Según múltiples estudios, ha quedado demostrado que la actividad física y deportiva es uno de los procedimientos que más pueden beneficiar a los pacientes con FM. Por lo que es una de las recomendaciones principales en esta enfermedad.
El hecho de realizar ejercicio físico, siempre adaptado a las capacidades del paciente, supondrá una mejora en la capacidad de tolerancia al dolor, el humor y facilitará el sueño reparador. Proporcionará relajación física y psicológica, ayudará a conseguir el peso adecuado, a mantener convenientes niveles en sangre de azúcar, colesterol y tensión arterial.
Se deben realizar de forma progresiva, tanteando la capacidad del paciente y su tolerancia al ejercicio. Dos formas de tratar la fibromialgia son estirar y ejercitar los músculos tensos y doloridos, y aumentar la capacidad cardiovascular (aeróbica). Los estudios muestran que ciertos programas de ejercicio aeróbico proporcionan una sensación de bienestar, una mayor resistencia y una disminución del dolor, en aquellas personas que padecen de fibromialgia.
Existen, por otra parte, una serie de técnicas para aprender a sobrellevar y controlar el dolor, aunque requerirán la ayuda de profesionales de la salud. Incluyen: técnicas de relajación muscular, meditación y técnicas de bioretroalimentación. Estas técnicas deben estar igualmente adaptadas a las capacidades del paciente.
Otra técnica muy apreciada por los pacientes de FM es el masaje. Consigue incrementar el flujo sanguíneo al músculo proporcionando relajación y mejorando su dolor y flexibilidad. La cura termal balnearia proporciona estos efectos a través del descanso físico y psicológico más la aplicación del calor o el ejercicio en los baños o en chorros-masajes.
No obstante, y a pesar de que se puede conseguir una gran mejoría en la calidad de vida de la persona con fibromialgia, en el momento actual no existe un tratamiento que produzca la curación definitiva de esta enfermedad.
Por ello, los pasos a seguir para el correcto tratamiento de la fibromialgia son:
- El diagnóstico firme
- La explicación de la naturaleza de la enfermedad
- La educación para evitar los factores agravantes
- El tratamiento de las alteraciones psicológicas asociadas si las hay
- El cambio y adecuación del comportamiento
- El ejercicio físico adecuado a las capacidades del paciente
- El tratamiento con medidas locales como infiltraciones y masajes
- El uso de analgésicos y otros medicamentos que aumenten la tolerancia al dolor
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