Mostrando entradas con la etiqueta Depresión. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Depresión. Mostrar todas las entradas

lunes, 11 de diciembre de 2017

ACTIVACIÓN CONDUCTUAL CONTRA LA DEPRESIÓN: PSICOTERAPIA Vs PSICOFARMACOLOGÍA

Esta psicoterapia permite tratar la depresión sin caer en los efectos secundarios de los psicofármacos.

 

 

Tanto la depresión como cualquiera de las afecciones o trastornos relacionados con ella, han sido un gran campo de investigación desde el punto de vista del tratamiento psicológico. A lo largo de la historia de la psicología, los investigadores han luchado por elaborar una terapia eficaz, que alivie los síntomas de esta en el menor tiempo posible.

Uno de estos tratamientos de reciente actuación es la Activación Conductual. Una terapia que parte de la idea de que la modificación de las conductas del paciente repercutirá positivamente en su estado de ánimo.

¿En qué consiste la Activación Conductual?

La Activación Conductual (AC) es una terapia relativamente novedosa, no cuenta con mucho más de 30 años de historia tras ella, que trata la depresión de manera funcional y desde el punto de vista del contexto de la persona.

Según los creadores de este tipo de intervención, la Activación Conductual se basa en el contexto de la persona para explicar sus síntomas. Así, la terapia defiende que actuar sobre este contexto es mucho más eficaz que hacerlo sobre los síntomas o factores internos, tales como las alteraciones neurobiológicas o la sintomatología psicológica.

Además, la Activación Conductual establece que las conductas que llevan a cabo las personas con depresión son más que simples síntomas del cuadro clínico, y que estas tienen una significación muy importante dentro del trastorno.

¿Cuál es su Origen?

La Activación Conductual se originó a partir de las técnicas conductuales que se llevan a cabo dentro de la Terapia cognitiva de Aaron Beck.

La idea inicial era realizar una comparativa entre la parte conductual de la intervención tradicional, la intervención conductual junto con la cognitiva y la terapia íntegra. Tras realizar esta comparativa, los resultados mostraron que solamente llevando a cabo una modificación conductual en el paciente, este presentaba el mismo nivel de mejora que con la intervención completa.

Por lo tanto, se llegó a la conclusión que las modificación o las técnicas de intervención cognitivas no eran tan necesarias en el tratamiento de la depresión, suponiendo solamente un lastre para el tratamiento. Tras estas conclusiones, se propuso considerar la intervención puramente conductual como una terapia independiente de la terapia cognitiva tradicional, llegando a convertirse en lo que hoy se conoce como Activación Conductual.

En necesario especificar que aunque la Activación Conductual no trabaje sobre la cognición de la persona, esta no es ignorada. Más bien se espera que estas cambien como consecuencia de las modificaciones de la conducta.

Principios de la Activación Conductual

Existen dos aspectos a tener en cuenta la hora de comenzar una intervención mediante Activación Conductual:
  • El contexto o la situación que provoca la conducta.
  • La funcionalidad o los efectos tiene esta conducta en la persona.
De esta manera, la Activación Conductual evalúa y analiza tanto los acontecimientos que aparecen en la vida del paciente, como las respuestas conductuales que este este da a estas situaciones.

En cuanto a las respuestas de la persona, uno de los principios básicos de la Activación Conductual es que la persona con depresión lleva a cabo una serie de comportamientos evitativos consecuencia de la falta de refuerzo positivo y de la predominancia de situaciones poco estimulantes. Esta tendencia a la evitación puede manifestarse mediante la interrupción de las tareas y actividades diarias, mediante pensamientos rumiativo o mediante las interacciones que la persona mantiene o no con el resto de personas.

¿Cómo se desarrolla esta Terapia?

Teniendo en cuenta el principio de la evitación conductual, la terapia de Activación Conductual tiene como objetivo restablecer las dinámicas conductuales de la persona previas a la depresión.

El primer paso para conseguir esto es el de activar a la persona, de ahí el nombre de la terapia, a pesar de que esta se encuentre deprimida. Mediante esto, la Activación Conductual pretende aumentar sistemáticamente el número de conductas positivas que lleve a cabo la persona con la intención de que ésta encuentre un mayor número de reforzadores que promuevan un cambio en la persona a nivel de conducta, cognición y estado de ánimo.

No obstante, la Activación Conductual no trata de aumentar el número de conductas de la persona sea cual sea la naturaleza de estas, sino que debe realizarse un análisis funcional de conducta para detectar aquellos comportamientos significativos y funcionales los cuales se deben potenciar.

Por lo tanto, la Activación Conductual es una terapia que se va desarrollando y adaptando a las singularidades del paciente.

Finalmente, la dinámica de la terapia no es la de modificar la cognición y el estado de ánimo para que la persona cambie su conducta, sino la de actuar a pesar del estado de ánimo. Este punto concreto está muy asociado a la Terapia de Aceptación y Compromiso, en la que la persona debe primero aceptar su condición actual para actuar y poder cambiarla.

Ventajas de este tipo de psicoterapia

Los defensores de la terapia de Activación Conductual se apoyan en una serie de ventajas o beneficios que esta aporta en comparación con otras terapias como la farmacológica o cognitiva.

Estas ventajas son las siguientes.

1. Desmedicalización

La Activación Conductual se presenta como una alternativa eficaz y rápida al tratamiento farmacológico para la depresión, siendo tan efectiva como esta y sin ocasionar efectos secundarios indeseados.
Por lo tanto, este discurso a favor de la desmedicalización ha conseguido ganar muchos adeptos.

2. Alternativa a la terapia cognitiva

Como alternativa a la terapia cognitiva, la Activación Conductual ha resultado ser mucho más eficaz y con resultados mucho más rápidos. Puesto que la modificación de los pensamiento y creencias requiere de una inversión de tiempo más grande.

3. Rapidez en los resultados

Gracias al ajuste de la terapia a las necesidades del paciente y la estructuración de esta, la Activación Conductual es una terapia que requiere de pocas sesiones, unas 15 aproximadamente, lo que supone una rapidez en los resultados y una ventaja económica en comparación con otras formas de intervención psicológica.


 

viernes, 26 de febrero de 2016

Hábitos cotidianos que empeoran la depresión



 
La depresión actualmente se ha convertido en una verdadera pandemia, son muchos los millones de personas que consumen habitualmente antidepresivos; es obvio que si se padece una depresión severa puede ser necesario recurrir a los psicofármacos (sin entrar a debatir los intereses de las grandes empresas farmacéuticas que pudiera haber detrás) , pero debemos tener presente que esta no es una solución a largo plazo,ya que no elimina el problema de raíz, tan solo lo aminora o esconde. 

Por eso es tan importante conocer cuáles son los factores que pueden empeorar la depresión y hacer que un cuadro depresivo leve termine en una depresión mayor. Quizás lo más sorprendente es que se trata de hábitos cotidianos que podemos cambiar.

1. Estresarte demasiado
 El estrés es dañino en todos los sentidos y, al contrario de la creencia popular, no solo genera ansiedad sino que también puede provocar depresión. El estrés provoca un aumento del cortisol, una hormona cuyos niveles son inusualmente elevados en las personas deprimidas. Esta hormona provoca irritabilidad, daña la memoria y genera una sensación de fatiga y cansancio, síntomas típicos de la depresión.

2. Dormir poco
 Las personas con depresión suelen tener problemas para dormir, es bastante común que se despierten a mitad de la noche y no logren conciliar el sueño. Sin embargo, también se ha apreciado que las personas que sufren trastornos del sueño, como el insomnio, son más susceptibles a desarrollar un cuadro depresivo. Parte de la respuesta radica en la melatonina, una hormona que regula nuestros ciclos de sueño y que también se altera durante los cuadros depresivos. De hecho, recientemente se descubrió que algunos síntomas de la depresión remiten cuando las personas toman melatonina.

3. Llevar una dieta inadecuada
 Los alimentos que ingerimos como parte de nuestra dieta cotidiana inciden en nuestro metabolismo y, a la larga, pueden intensificar determinados estados emocionales. De hecho, se ha demostrado que los alimentos que contienen azúcar refinado, carbohidratos simples y grasas hidrogenadas pueden exacerbar la depresión provocando además irritabilidad y cansancio. 

4. Relacionarte con personas negativas
 Uno de los pasos más importantes para salir de la depresión consiste en aprender a reestructurar los pensamientos negativos. Es decir, cambiar esas creencias que te hacen sentir mal y afectan tu autoestima por ideas más positivas. Sin embargo, si te rodeas de personas tóxicas y negativas, te resultará muy difícil lograrlo. Las personas tóxicas son aquellas que siempre se quejan por todo, que no quieren asumir la responsabilidad por sus acciones y que piensan que la mayoría de las cosas de este mundo no valen la pena. Obviamente, estas relaciones solo sirven para confirmar tus creencias pero no te ayudan a salir del pozo de la depresión.

5. Usar excesivamente las redes sociales
 Las redes sociales nos hacen sentir acompañados pero en realidad son un arma de doble filo. De hecho, cada vez salen a la luz nuevos estudios que alertan de los peligros de sitios como Facebook ya que pueden aumentar el riesgo de aislamiento social y en una persona con problemas de autoestima, esto podría desencadenar la depresión o intensificar sus síntomas. También se ha apreciado que en las redes sociales tendemos a hacer más comparaciones y a salir malparados de ellas, pensando que los demás son más felices y que llevamos una vida mucho más miserable, aburrida y carente de sentido.

miércoles, 8 de enero de 2014

DEPRESIÓN, ¿una epidemia del siglo XXI?

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/38/Vincent_Willem_van_Gogh_002.jpg/230px-Vincent_Willem_van_Gogh_002.jpg 



Lo primero que sería conveniente al abordar el tema de la depresión es el aclarar la  falsa creencia de que es una enfermedad extraña,  lo contrario, se da con mucha frecuencia y casi todos nos "deprimimos" alguna  vez; puede ser la respuesta normal ante cierto tipo de situaciones, como el desarraigo cuando se emigra a otra zona geográfica u otro país, ante una situación de tensión o estrés prolongado, acompañando una enfermedad limitante o luego del alejamiento de una persona querida,  puede presentarse ante la frustración del tratar de aferrarse a una forma de relacionarse propia de una etapa del desarrollo que ya pasó y ver que no resulta, etc.  Existen muchos motivos que pueden conducir al inicio de una depresión, lo extraño sería que uno no se deprimiera nunca. Puede ser leve, moderada o mayor, dependiendo de la intensidad de los síntomas, causas y duración. Se puede mostrar “colorida” con todos sus síntomas o encubierta. Las depresiones leves y  moderadas pueden ser superadas por propio esfuerzo y  con el apoyo de la familia; la depresión severa o mayor, además de lo anterior requiere el apoyo de profesionales especializados en el tratamiento de la depresión. 

 La depresión es una enfermedad común y tratable, afecta al 5% de la población y a menudo vuelve a reaparecer después de que se ha acabado con el tratamiento. Se estima que actualmente hasta el 3% de la población estadounidense padece un trastorno depresivo mayor y que es uno de los diagnósticos más frecuentes en la práctica general. A pesar de que puede tratarse con medicamentos, los antidepresivos tardan  de dos a tres semanas en mostrar su efecto completo y los organismos pueden responder de manera diferente en cada caso. 

Ya que un síndrome depresivo puede ser desencadenado por numerosos factores físicos y psicológicos, y  ya que algunos síntomas se prestan a confusión, el diagnóstico requiere evaluaciones completas del estado físico y mental de los pacientes, las cuales pueden tomar tiempo. Cada vez más, se reconoce que la depresión requiere un tratamiento prolongado.  Después de la suspensión del tratamiento a corto plazo de los síntomas vuelven a aparecer aproximadamente en el 50% de los casos, lo cual traduce un tratamiento inadecuado del episodio depresivo más que la aparición de un nuevo episodio. El tratamiento de mantenimiento de la depresión representa hoy en día una práctica clínica bien aceptada. El tratamiento eficaz de la depresión mayor no sólo mejora la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también puede mejorar problemas médicos asociados. 

 Desde que Kraepelin utilizó el término "estados depresivos" han habido distintas definiciones y clasificaciones, el "Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders" (DSM-III-R) considera a este grupo como "trastornos del estado de ánimo". Bajo el nombre de depresión se agrupan una variedad de estados clínicos: desde la alteración del estado de ánimo a una condición que puede poner la vida misma en peligro.  La Depresión es un estado emocional de abatimiento, tristeza, sentimiento de indignidad, de culpa. La misma lleva al que la siente, a la soledad, la pérdida de motivación, el retraso motor y la fatiga.

Puede llegar incluso a convertirse en un trastorno psicótico donde el individuo se queda completamente incapacitado para actuar en forma normal en su vida de relación. La depresión mayor se acompaña frecuentemente de síntomas de ansiedad.  Los pacientes deprimidos y ansiosos sufren una sintomatología más severa, tienen una respuesta reducida al tratamiento convencional y presentan un mas pobre pronóstico que los pacientes sin ansiedad concomitante.
 
SÍNTOMAS
   Los síntomas más frecuentes son: 

·      Baja Autoestima. La persona deprimida muestra una marcada tendencia a sentirse ineficiente, inadecuada e inútil y atribuye sus experiencias desagradables a un defecto físico, moral o mental. Tiende a rechazarse a sí misma, ya que cree que los demás la rechazarán.
 ·      Una consideración negativa del mundo. Se siente derrotado socialmente. Considera al mundo como si le hiciera enormes exigencias y presentara obstáculos que  interfieren con el logro de los objetivos de su vida. Las personas deprimidas se consideran desgraciadas, frustradas, humilladas, rechazadas o castigadas.
 ·      Pesimismo marcado. Mira el futuro casi sin esperanza. Ve el futuro desde una perspectiva negativa y le da vueltas a una serie de expectativas negativas. El deprimido prevé que sus problemas y experiencias comunes continuarán indefinidamente y que se le amontonarán otros mucho peores en su vida.
 ·      Tienden a deformar sus experiencias, malinterpretan acontecimientos concretos e irrelevantes tomándolos como fracaso, privación o rechazo personal.
 ·      Exageran o generalizan excesivamente cualquier situación por más sencilla que sea, tienden también a hacer predicciones indiscriminadas y negativas del futuro. Perciben que todo siempre va a ir en contra suyo, acentuando lo negativo hasta casi excluir los hechos positivos.
 
 PREVENCION  Y TRATAMIENTO
  Hay algunas pautas que pueden ser útiles para evitar caer en la depresión y facilitan salir de ella cuando esta recién asoma, es leve o moderada y se trata de una de una respuesta a una situación temporal:

·        Establecer una red de soporte social y amistades.  Ejemplo: Agrupación de ex alumnos, Colegio de profesionales, grupo parroquial, curso de idiomas, artes, computación, trabajo social, colonia de extranjeros, etc. 

·        Ocupar el tiempo en actividades nuevas y productivas. Muchas veces caemos en una rutina de actividades reducidas e improductivas sin darnos cuenta, trayendo como consecuencia el empobrecimiento de nuestras relaciones humanas, culturales y económicas.  Es conveniente romper esa rutina realizando alguna actividad que nos hubiera gustado desarrollar y hemos pospuesto; lo ideal es encontrar entre esos intereses postergados alguno que se traduzca en mayores ingresos económicos y nos relacione con gente que comparte el mismo tipo de interés. 

·        Tener un programa moderado y constante de ejercicios.  Ya está comprobado que existe un compuesto hormonal que está relacionado al “tono vital”, se le llama serotonina, la "hormona de la alegría", el cuerpo la sintetiza naturalmente (sin costo alguno) al realizar ejercicio muscular intenso en forma regular. Los diferentes tipos de danza y artes marciales son buenas alternativas. 

·        Poner más atención al cuidado físico y arreglo personal.  Al inicio de la depresión se aprecia despreocupación en el cuidado de la apariencia personal, lo que a su vez hace que al vernos al espejo o recibir comentarios al respecto nos sintamos peor todavía.  No hay que  bajar la guardia, se debe procurar mantener la atención por lo menos en el aseo y cuidado personal. 

·        El estrés y la depresión coinciden orgánicamente por estar presentes en situaciones de caídas en el nivel de las vitaminas y minerales (Zinc, Magnesio, etc.), lo que a su vez acentúa el estrés, facilitando el ingreso a la depresión; creándose un círculo vicioso; el mismo que se debe  romper tomando suplementos vitamínicos que contengan el Complejo B, C y A, los minerales mencionados o específicas para el estrés.
 
Estos consejos pueden ser efectivos para prevenir la depresión o cuando está en su fase de inicio y el origen no es de mayor relevancia para los planes y metas de vida de la persona. 
Sin embargo si esta se debe a la pérdida real o virtual de alguien que constituye un eje afectivo en la vida del sujeto, si la depresión ya está instalada por más de 3 meses, si está asociada a la presencia de ansiedad, con dolor existencial e interfiere en la efectividad laboral; entonces no sólo es necesaria la psicoterapia, sino que puede ser conveniente el uso de psico-fármacos para compensar bioquímicamente a la persona y es el psiquiatra el profesional indicado para recetarlos. 

Desde luego que no es suficiente con el tratamiento farmacológico, también es necesaria la psicoterapia a fin de "reparar" las estructuras mentales y afectivas que han sido afectadas por el evento o situación desencadenante; igualmente es necesario guiar o acompañar a la persona en la re elaboración de su “nueva vida" y el proceso psicoterapéutico debe ser conducido por un profesional debidamente entrenado.
  


martes, 22 de enero de 2013

Aumenta el número de pacientes con trastornos psicológicos debido a la crisis



Los casos de ansiedad y depresión han aumentado hasta un 18% en los últimos años.

Ansiedad, insomnio, depresión… Estas son las enfermedades que más se repiten últimamente en las consultas de los psicólogos. Y diversos estudios apuntan a la crisis y sus consecuencias como los principales motivos que han hecho aumentar el número de pacientes, tal y como revelan diversos estudios.
Por ejemplo, un estudio realizado por dos profesores de Psicología de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) junto con expertos de las universidades de Cambridge, California y la London School of Hygiene and Tropical Medicine, determina que, entre 2006 y 2010, los casos de ansiedad en España han aumentado un 8%, los de depresión un 18% y el abuso de alcohol ha crecido un 5%.

Unas cifras que, en ámbitos más reducidos, ratifica una investigación efectuada en diferentes centros de salud mental de adultos y servicios sociales de atención primaria de varios municipios de Barcelona con la que se ha intentado medir el impacto de la crisis en la salud mental.

Así, los profesionales participantes –psicólogos, psiquiatras, enfermeras, trabajadores sociales y educadores- indicaron que en 2012 se ha producido un aumento del 45% en la demanda de servicios sociales y de salud mental. Además de que el 18% de las personas atendidas reconocían que su problema repercutía directamente en familiares y seres más cercanos, por lo que se prevé que las solicitudes de ayuda sigan creciendo casi como si se tratase de un efecto dominó.

No en vano, los profesionales confirman que la pérdida del trabajo supone, no sólo un problema grave a la hora de hacer frente a los pagos imprescindibles para vivir, sino también una pérdida de las rutinas, de un espacio donde se comparten experiencias fuera del hogar y, por supuesto, del estatus social.
Unas circunstancias que afectan especialmente a los hombres, y sobre todo en la franja de edad entre los 45 y los 55 años, cuando también la incertidumbre de poder volver al mercado laboral o no, así como la responsabilidad, muchas veces inconsciente, que asumen como cabezas de familia, les lleva a una sensación de fracaso y desesperanza absoluta.

Si estas condiciones se agravan, además, con el abandono del cónyuge o el deterioro de las relaciones familiares, la depresión pueden derivar, incluso, en pensamientos suicidas. De hecho, y aunque la tasa de suicidios en España no está alcanzando los niveles de países como Grecia o Portugal, desde el Colegio de Psicólogos de Valencia especifican que se ha convertido en la primera causa de muerte violenta, por delante de los accidentes de tráfico.

Una situación que parece confirmar la ecuación formulada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recuerda que un aumento del 1% en los índices de paro conlleva un incremento del 0,8% en el número de suicidios.