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martes, 13 de septiembre de 2011

Ataques de Pánico

Para aquellos que están buscando terminar con los ataques de pánico o desórdenes de ansiedad, la terapia cognitiva conductual es un tratamiento a considerar.

Millones de personas en todo el mundo están enfrentando trastornos de ansiedad y ataques de pánico, y esto puede debilitar tanto a la personalidad como al cuerpo, Un gran número de personas toman medicamentos para controlar estos problemas, pero esta opción no es buena para todos.

¿Qué es la terapia cognitiva conductual?

Una persona que utiliza esta terapia para los ataques de pánico u otros trastornos similares obtiene una serie de “herramientas” que puede utilizar para enfrentar estos problemas y experimentarlos con menor frecuencia. La terapia está diseñada para reformular la forma en que una persona piensa para que los pensamientos y sentimientos previos no vuelvan a disparar respuestas específicas, en este caso, un ataque de pánico.

La terapia cognitiva conductual siempre debería hacerse con la ayuda de un experto en el tema, para evitar cualquier tipo de trauma en el paciente.

Aunque este tipo de terapia muchas veces puede ser incómoda para el paciente, hay que “empujarlo” de alguna forma para que comience a recuperarse de esos desórdenes.

¿Cómo funciona este tratamiento con los ataques de pánico? 

En el caso de los ataques de pánico y otros trastornos de ansiedad, una persona por lo general experimenta este tipo de sensaciones en determinadas situaciones. Esta terapia se utiliza para demostrarle a esa persona que no necesita llegar a ese nivel de ansiedad, y que esa reacción es desproporcionada con el evento o dificultar que le causa ese problema.

Puede ser difícil y estresante para una persona con ataques de pánico estar expuesta a la fuente que le genera esa ansiedad, pero la ansiedad no puede permanecer en niveles de pánico para siempre, y cuando la terapia se hace correctamente, puede arrojar resultados sumamente positivos.

Al principio, algunas personas que experimentan este tipo de problemas sienten que los ataques empeoran durante las primeras semanas de tratamiento, debido a la exposición a situaciones que les causan esos problemas. Sin embargo, a medida que transcurre el tratamiento, el paciente comienza a aceptar diferentes sentimientos, sensaciones, lugares y eventos sin que se dispare un ataque.

Los ataques de pánico son un tema serio, y pueden desembocar en desórdenes aún más graves si no son tratados, por lo que se recomienda que busquen una forma de controlarlos. La terapia que aquí se sugiere es simplemente uno de los métodos utilizados, pero hay muchos otros. Este método permite que la gente conquiste su pánico, aprendan a controlarlo y como resultado final, vuelvan a su vida normal.

lunes, 24 de enero de 2011

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos específicos, en función del diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función de las características personales y circunstancias del paciente. Normalmente, las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla.

Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de la salud, si se ha pérdido, aspectos relacionados con la prevención , y aspectos relacionados con el desarrollo personal del paciente que de un modo u otro tienen que ver con lo que le pasa.


TRATAMIENTOS ESPECIFICOS DEL ESTRES POSTRAUMÁTICO

Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico del estres postraumático son los basados en procedimientos cognitivo-conductuales, si bien es un ámbito en el que se requiere mucha más investigación. Se ha de tener en cuenta, no obstante, que el tratamiento puede presentar diferecias ostensibles de un caso a otro, no sólo, como es natural, en función de las características de las personas, sino también en función de los hechos traumáticos desencadenates: no produce los mismos efectos una agresión sexual, que una catastrofe naturale, o el choque de dos trenes. He aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más efectivas:

-Disposición de recursos de contención, que lleven al pacientes a sentirse atendido y entendido, expresarse libremente, o poder depositar, y en cierto modo descargarse,sus miedos o inquietudes.

-EMDR:La Desensibilización y Reproceso por el Movimiento de los Ojos. La aplicación de esta técnica parte de la premisa, para el Trastorno de Estrés Posttraumático (PTSD), de que la ansiedad se debe a que la información acerca del evento traumático permanece sin haber sido procesada, manteniendo bloqueados las cogniciones, conductas y sentimientos acerca del evento. La EMDR facilitaría el reprocesamiento del recuerdo traumático, mediante la reconstrucción cognitiva del evento, asociada a la inducción en el paciente de movimientos oculares sacádicos, y otras formas de estimulación bilateral.

-Información al paciente sobre la naturaleza del estrés postraumatico: mecanismos básicos, funcionalidad y disfuncionalidad, explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.

-Medicación: normalmente en combinación y como apoyo del tratamiento psicológico. Los medicamentos que hasta la fecha han demostrado una mayor eficacia, tanto en el periodo inicila de estrés agudo, como posteriormente, son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) y los antagonistas de receptores 5-HT2 (nefazodona). El tratamiento farmacológico ha de estar siempre prescrito y supervisado por el médico.

-Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la solución, sino al mantenimiento del problema. Para más información sobre estos procedimientos puede consultarse el apartado Ir de mal en peor del menú de la izquierda.

-Entrenamiento en relajación: respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.

-Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas, normalmente de forma imginaria. La exposición en un primer momento activa el miedo presente en los recuerdos traumáticos, después permite al paciente tener una experiencia correctora en ausencia de consecuencias aversivas.

-Técnicas cognitivas: reestructuración interpretaciones catastróficas, control pensamientos automáticos,manejo de la culpabilidad, sobreestimación de la probabilidad de ocurrencia de un hecho negativo. Para favorecer estos cambios es frecuente utilizar ejerciciós extructurados,"experiementos conductuales", cuestionamiento de hipótesis mediante "diálogo socrático" o contrastes con la evidencia, etc.

-Optimización de los apoyos sociales y afectivos. Comunicación de los hechos y vivencias traumáticas

-Desarrollo de habilidades de afrontamiento para situaciones específicas. Poner el acento en lo que se quiere que pase, más que en evitar lo que no se desea que ocurra, en una situación dada- Grupos y o materiales de autoayuda, como complemento de la terapia.


Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el tratamiento del estrés postraumático. Se ha de tener en cuenta no obstante, que estos trastornos pueden venir asociados a otros problemas, que requieren también un abordaje, en el contexto de un tratamiento integrado y convenientemente articulado. El tratamiento, en rigor, no lo es del estrés postraumático , sino de la persona que lo padece, en relación, naturalmente, con la demanda que efectúa.

Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, aunque en algunos en ocasiones, en función del caso y del momento,puede estar indicada la terapia grupal. La duración de los tratamientos oscila normalmente entre seis meses y un año, si bien en algunos casos pueden ser más largos, dado que algunos casos se cronifican.

Las manifestaciones de estrés postraumático suelen aprecer varias semanas después de la ocurrencia de los hechos desencadenantes. Diversos estudios indican que si, en ese periodo previo, los afectados reciben asistencia, se reduce drásticamente la posibilidad de desarrollar el trastorno.