Un conjunto de actividades útiles para las personas que ya se han adentrado en la vejez.
Por Grecia Guzmán Martínez
Actualmente,
el envejecimiento activo y la creación de políticas para la
participación social y la protección sanitaria de los adultos
mayores, son algunos de los temas centrales en los debates sobre el
envejecimiento.
Como
parte de esto se
han desarrollado distintas actividades para personas mayores
que, lejos de ser una serie ejercicios específicamente para el
adulto mayor, se trata de actividades ya conocidas pero adaptadas a
las necesidades de este ciclo vital.
Siguiendo
con esto, veremos a continuación algunas de actividades que pueden
ser realizadas con adultos mayores, así como los objetivos que
persigue cada una.
Actividades para personas mayores y promoción del envejecimiento activo
Según
la Organización Mundial de la Salud (2002), el envejecimiento activo
es el proceso de optimización de las oportunidades de salud,
participación y seguridad, cuyo fin es mejorar
la calidad de vida de las personas a medida de que envejecen.
Tiene como objetivo potenciar el bienestar físico, social y mental a
lo largo del ciclo vital, mientras se favorece la participación en
la comunidad de acuerdo con las necesidades, deseos y capacidades
personales.
En
este sentido, el proceso socioeducativo relacionado con el
envejecimiento activo sólo puede realizarse si es a partir de la
colaboración, la participación y detección de las necesidades de
las propias personas mayores. Esto es, considerando
su bagaje de experiencias, sus inquietudes, historias de vida y
biografía personal.
Lo
anterior puede favorecerse a partir de dos grandes grupos de
actividades, como son los siguientes (Bermejo, 2010):
-
Actividades de carácter transversal, que promuevan el envejecimiento activo y favorezcan la autonomía; puede incluir programas culturales y científicos e intergeneracionales.
-
Actividades de carácter instrumental, lo que incluye la manipulación de tecnologías de la información y la comunicación, así como de distintos productos tecnológicos.
Dichas
actividades pueden desarrollarse en muchos lugares e instituciones,
siempre y cuando reúnan los requisitos mínimos, como el espacio, el
mobiliario, las herramientas y materiales necesarias para cada
actividad, y los recursos humanos capacitados para dirigirlas.
Así
pues, las actividades para personas mayores pueden
llevarse a cabo en centros cívicos o culturales,
centros de salud, asociaciones, universidades, plazas públicas,
etcétera.
¿Cómo planear su realización?
La
planeación de cada actividad puede realizarse a través de guías
prácticas, fichas o tablas, en donde se expliquen los siguientes
elementos: la
justificación de la actividad, los objetivos, los contenidos,
las estrategias o actividades particulares, los materiales
necesarios, los aspectos organizativos, la evaluación y los recursos
bibliográficos.
Este
tipo de planificación permite adecuar cada actividad a las
necesidades específicas del adulto mayor o de grupo al que se
dirigen. En este sentido es importante que las actividades consideren
las preferencias de los participantes y el contexto donde se
desarrollan. Finalmente identificar
y potenciar los recursos presentes.
A
partir de ahí los objetivos generales de las actividades para
adultos mayores pueden ser los siguientes:
-
Aportar información significativa para el bienestar de la persona y/o el grupo.
-
Favorecer procesos de reflexión y análisis sobre aquello que puede acompañar su envejecimiento de la mejor manera.
-
Vivir experiencias que ayuden a prevenir la dependencia.
Tipos de actividades y ejemplos
Como
decíamos antes, no hay actividades específicas para personas
mayores, más bien se trata de adecuar actividades ya existentes, a
las necesidades del adulto mayor o del grupo de adultos mayores, de
manera que puedan favorecer los objetivos anteriores.
Así
pues, cualquier actividad ya conocida es válida y puede adaptarse
favorablemente si
se prioriza la detección de motivaciones y necesidades de la persona
mayor.
En línea con esto, las actividades pueden planificarse de acuerdo
con los tres principales objetivos ligados al envejecimiento activo:
favorecer el bienestar físico, fortalecer el bienestar cognitivo y
emocional, y fomentar el bienestar socio relacional.
1. Bienestar físico
Uno
de los aspectos importantes es procurar el bienestar físico. Esto
puede favorecerse a partir de dos principales áreas: la nutrición y
el ejercicio físico. En el caso del ejercicio físico, las
actividades tienen el objetivo de favorecer estados dinámicos de
energía y vitalidad, que le ayuden a la persona a realizar las
tareas diarias habituales, así como disfrutar de un ocio activo,
enfrentar fatigas excesivas y finalmente prevenir
el desarrollo de enfermedades relacionadas con el sedentarismo.
Las
actividades pueden desarrollarse para favorecer los siguientes
elementos: resistencia cardiorrespiratoria, resistencia muscular,
flexibilidad y equilibrio, coordinación motora, composición
corporal, entre otros. Para trabajar esto existen muchas actividades,
por ejemplo:
-
Gimnasia rítmica.
-
Técnicas de relajación y estiramientos.
-
Deportes como baloncesto o voleibol.
-
Actividades rítmicas expresivas como la danza.
-
Trabajos al aire libre como aeróbicos o pilates.
-
Natación con ejercicios de movilidad articular.
2. Bienestar psíquico-cognitivo emocional
Este
rubro incluye una serie de estrategias para favorecer
la plasticidad cerebral y las funciones cognitivas.
Esto puede realizarse precisamente mediante un entrenamiento
cognitivo, que incluye técnicas para el manejo de información como
las siguientes:
-
Enseñanza de la relajación.
-
Entrenamiento de la atención y la concentración, por medio de selección de información relevante (atención selectiva), o bien, realizar más de una tarea de manera simultánea (atención dividida) y finalmente actividades que requieran periodos largos de concentración (atención sostenida).
-
Ejercicios de razonamiento abstracto y fluidez verbal.
-
Tareas de categorización, ordenación y clasificación de la información.
-
Actividades para resolución de problemas en distintos niveles de dificultad.
-
Actividades que favorezcan curiosidad y creatividad.
Por
otro lado, y en relación con el punto siguiente, se encuentra el
entrenamiento emocional, el fortalecimiento de la autoestima y el
desarrollo
de habilidades necesarias para una comunicación asertiva.
En
el mismo sentido se encuentra la prevención de depresión y de otros
malestares a veces asociados a la vejez. Esto puede trabajarse
mediante el acompañamiento directo de la persona en psicoterapia,
pero también en sesiones grupales donde se intercambien
experiencias. Así mismo puede trabajarse mediante la simulación
grupal o individual de situaciones en donde se desencadenan distintas
emociones.
3. Bienestar socio-relacional
Estas
actividades tiene el objetivo de favorecer las relaciones cordiales,
mantener el contacto social y aumentar los vínculos interpersonales.
Ayudan
a contrarrestar sensaciones de soledad
y a prevenir malestares relacionados con este ciclo vital. De igual
forma pueden fortalecer las habilidades socioadaptativas.
Algunos
ejemplos de las actividades que pueden llevarse a cabo en esta
dimensión son las siguientes:
-
Favorecer la creación de grupos de pertenencia según los intereses comunes, y realizar juegos de mesa u otras actividades de ocio y recreación.
-
Talleres prácticos de cocina, que incluye la distribución de tareas para planificación de menús y hacer compras en los comercios cercanos.
-
Visitas grupales a tiendas o exposiciones.
-
Realizar cineforum, es decir, ver y comentar películas que traten temas de relevancia según sus preferencias y necesidades.
-
Charlas en donde sea posible compartir información práctica sobre el entorno y los recursos que este ofrece.
-
Identificar los contenidos relevantes y las iniciativas para mejorar sobre la información que se ha compartido.
Referencias bibliográficas:
-
Bermejo, L. (2010). Envejecimiento Activo y Actividades Socioeducativas. Guia de buenas prácticas. Editorial Médica Panamericana: Madrid.
-
Fernández, F, Carral, J. M. y Pérez, V. (2001). La prescripción del ejercicio físico para personas mayores. Valores normativos de la condición física. REvista internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, 1(2): 136-154.
-
Limon, M.A (2011). Envejecimiento activo y mejora de la calidad de vida en adultos mayores. Revista de psicología y educación, 6: 225-238.
-
Organización Mundial de la SAlud (2002). Envejecimiento activo: un marco político. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 37(2): 74-105.
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