CUANDO NO LLEGAN LAS PALABRAS: METÁFORAS Y NARRATIVAS PARA LA
RESILIENCIA.
La
historia de la Caja de arena (Sandplay) se inicia cuando HG Wells escribió
sobre su observación de sus dos hijos jugando en el suelo con figuras en
miniatura y al darse cuenta de que estaban trabajando sus problemas entre sí y
con otros miembros de la familia.
Dos
décadas después Margaret Lowenfeld , psiquiatra infantil en
Londres, estaba buscando un método para ayudar a los niños a expresar sus
emociones. Recordó leyendo sobre la experiencia de Wells con sus dos hijos y
por este motivo añadió miniaturas de las estanterías de la sala de juegos de su
clínica. Así descubrió que los niños utilizan símbolos con bastante naturalidad
para recrear sus mundos interiores, como cuando manipulan y juegan con objetos.
La creadora de la técnica de Caja de fue la psicoterapeuta suiza Dora M. Kalff (1904-1990),
quien basó sus teorías en los principios de la psicología analítica de Carl
Gustav Jung y en el trabajo de Margarita Lowenfeld. Dora Kalff colaboró con
Lowenfeld diseñando la bandeja y añadiendo la arena, medio por el cual tanto
niños como adultos pueden traer el contenido psíquico a la consciencia, a
través de un juego con esencia no verbal y simbólica, en un ambiente
facilitador generado por el terapeuta.
MATERIAL
El
primer elemento que necesitamos es un recipiente pintado azul con arena. La arena y el fondo azul y los
laterales ofrecen la posibilidad concreta de la excavación hasta la profundidad
o la construcción hasta las alturas. La caja es un elemento contenedor de la
psique, pintada de azul simula el mar y el cielo. La arena nos conecta con la
tierra, tiene cualidades sensoriales y kinestésicas.
Además,
los pacientes tienen que tener a su disposición un número de pequeñas figuras que
incluyan una muestra representativa de todos los seres animados e inanimados
que podemos encontrar en el mundo externo así como en el mundo imaginativo
interno.
Las categorías deben
incluir: personas (familias de diferentes razas, profesiones),
elementos de cómics y películas,
elementos de fantasía (dragones, minotauros, cíclopes, fantasmas, esqueletos…),
elementos místicos y espirituales (paloma de la paz, sacerdote, fraile, monja ,
ángeles, caballos alados, sirenas…), animales (domésticos , salvajes ,
prehistóricos, de granja , insectos , animales marinos, serpientes…),
construcciones y viviendas (casas, colegios, edificios, castillos, tienda de
campaña, puentes, iglú…), elementos domésticos (muebles, botellas…), puentes,
comida, vegetación (arboles de distintos tipos, plantas, césped,
flores…), ítems naturales (rocas, troncos, maderas…), medios de transporte
(coches, camiones, autobuses, aviones, trenes, barcos, policías, bomberos…) .
Estas
figuras, medio de expresión seguro, sirven para expresar su mundo interno de forma simbólica. La emergencia a la consciencia
de este contenido simbólico constituye una parte importante en el proceso
terapéutico.
PROCEDIMIENTO
Lo
primero que debemos hacer es preparar la sala, revisando que todo esté en
orden. A continuación hay que asegurarse que no haya objetos enterrados. Por
último hay que dejar la arena plana.
Hay
que invitar a los pacientes a que sientan la arena, permitir que jueguen con
ella. Se puede desparramar, aplastar, cavar…
La consigna puede
ser: “¿Ves estas miniaturas? puedes
colocarlas en esta caja y hacer lo que tú quieras. Coges lo que quieras y lo
haces aquí. Yo seré tu ayudante y estaré acompañándote todo el rato. Mientras
la haces, estaremos en silencio”.
PAPEL DEL PSICÓLOGO EN ESTA
TERAPIA
El psicólogo,
que se mantiene presente con una completa atención e interés, supervisa
la escena sin abandonar la sala, sin dirigir, juzgar ni
interferir.
Su función es contener sin invadir ni abandonar, ser
empático y reflejar la emoción sin interpretar y sin intervenir, se mantiene la
metáfora. El proceso de construcción de la caja se hace en silencio. El
terapeuta nunca mete la mano dentro de la caja.
Una
vez terminada la construcción, el terapeuta observa lo creado.
Puede preguntar cómo fue hacer la caja y pedir reacciones al
terminar la obra. Pueden hacerse preguntas abiertas: “Quieres hablar sobre lo que
has hecho” “qué está pasando en este mundo,…”, “parece que…he visto que…
háblame de…”.
Si el paciente no quiere hablar
de lo que ha hecho no hay que insistir.
El análisis psicológico o la
interpretación pueden ocurrir más adelante, en los casos que se estime
oportuno.
Proporcionado
por la bandeja y la relación con el terapeuta,
los niños y los adultos juegan con la arena y las miniaturas en un
período de tiempo, y construyen de las manifestaciones concretas de su mundo
interior.
Si
podemos “hacer nada“, como
Dora Kalff sugiere, podemos ayudar a crear.
POTENCIAL TERAPEÚTICO DE LA
CAJA DE ARENA
Inmerso
en el juego infantil, el paciente pierde las inhibiciones propias del nivel
consciente, como lo haría un niño, y entra en el mundo de lo inconsciente,
facilitando la expresión sin censura.
Las escenas que toman forma en la
caja son comparables a las imágenes simbólicas que ocurren en sueños.
Es
una técnica proyectiva vivencial que facilita la exploración de estados internos y la expresión y comprensión de los estados emocionales. El objetivo es la persona pueda conectar con
el contenido mental de manera sutil y pueda plasmarlo representando una escena
en una caja con arena donde se añaden elementos que representan
diferentes personajes y contextos.
Se
pretende acceder al mundo intrapsíquico del paciente y la comprensión de
su contenido. Permite expresar a través de un vehículo diferente de lo verbal, enriquecer las narrativas a través de la emergencia de metáforas terapéuticas e integrar partes disociadas.
Así, esta técnica puede funcionar
como un medio de expresión seguro de conflictos, miedos, fortalezas, etc.
Se puede considerar que las miniaturas representan las palabras y la
bandeja la gramática.
Pueden
observarse indicadores, en las diferentes escenas creadas, de sintomatología ansiosa,
depresiva, agresiva, situaciones de amenaza y riesgo, incertidumbre,
inseguridad, sentimientos de abandono o soledad, duelos no resueltos,
conflictos internos y de lealtades, angustia, terror, culpa, vivencias
violentas, malos tratos o abusos.
Igualmente,
podemos encontrar elementos resilientes en las escenas a través
de símbolos que sugieren puntos fuertes, generando seguridad y
protección.
Por
otro lado, podemos encontrar en las diferentes escenas elementos que nos
indican el tipo de apego de la persona (evitativo,
ansioso-ambivalente, desorganizado, seguro).
ÁMBITOS DE APLICACIÓN
La técnica de caja de
arena es una herramienta terapéutica muy recomendable por un lado para los
profesionales del ámbito de la salud mental: psicólogos y psiquiatras.
El potencial diagnóstico y
terapéutico de la técnica de Caja de arena incluye población adulta e
infantil, especialmente en casos de:
§ trauma (malos tratos,
abandono, abuso…)
§ problemas emocionales
asociados a dificultad en la verbalización de los
contenidos psíquicos
§ trastornos de conducta
§ duelo
§ adicciones
§ trastornos
psicosomáticos
§ dolor crónico
§ trastornos de conducta
alimentaria
§ otros
Por otro lado, está
comenzando a introducirse su aplicación en contextos escolares, en
horario de tutorías y en las sesiones con el orientador. En este ámbito es
adecuado en casos de sospecha de dificultades emocionales de los menores,
también para la intervención en casos de:
§ retraso en el desarrollo
del lenguaje
§ déficit de atención
§ trastornos del apego
§ problemas de autoestima
§ problemas conductuales
§ dificultades en la
relación con iguales
§ problemas familiares
§ trauma
§ bullying
§ otros.
La herramienta presenta un
componente multidimensional, ya que no sólo es un facilitador de la expresión
emocional sino que también permite generar sentimientos de control ante
situaciones traumáticas recreada, ya que es el autor el que dirige la escena y
toma el control sobre ésta.
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